Pues... ¿qué voy a decir a ustedes? Ayer lo pasé muy bien presentando mi libro sobre la desnacionalización de España en el Ateneu barcelonès, con mucho éxito de asistencia. Hubo gran empatía entre el presentado, los presentadores (Pilar Rahola y Alfred Bosch) y el público, entre el cual tuve la fortuna y la alegría de contar con Carme Forcadell (Assemblea Nacional Catalana) y Muriel Casals (Ómnium Cultural), mujeres que tengo en altísima estima.
Esta foto, que ya he visto también colgada en el TL de Alfred, es ya y será pra mí en el futuro fuente de orgullo. El fundamento mismo del espíritu democrático es el respeto al derecho a decidir de los pueblos sin cortapisa alguna. La libertad, como reconocemos todos, incluso los "neoliberales" que se la niegan a los demás, es libertad de elección. Derecho a elegir; derecho a decidir. Derecho de autodeterminación de los seres humanos. Y es verdadera y completamente así cuando pueden ejercerla los demás, incluso en contra de lo que el orden constituido pueda considerar sus intereses, que coincidira o no (más bien como que no) con los de la gente normal. Nadie tiene derecho a negar a los demás lo que quiere para sí mismo o a obligarlos a aceptar lo que él no está dispuesto a aceptar.
Muchas gracias, amig@s. Fue emocionante. Y, aunque parezca una absurda demasía, no estamos solos.