Señor Pedro Sánchez: si no tiene usted el valor, la inteligencia, la decisión, la honradez y la dignidad necesarias para presentar una moción de censura a este gobierno de corruptos y sinvergüenzas, debe usted dar un paso atrás y dejar el puesto a alguien de su partido que sí los tenga. No obstaculice más, no siga siendo cómplice de este bochorno nacional de un país avanzado gobernado por un puñado de mangantes y embusteros. No defraude más a una población que, si no merece estos gobernantes, menos aun una oposición complaciente, cuando no compinchada con ellos.
Dejen de reírse de la ciudadanía que les paga a ustedes sus sueldos, muy por encima, por cierto, de lo que merecen.
El clamor para que presente usted una moción de censura es ya atronador. Hasta un hombre muy del aparato del PSOE, bien situado y moderado, Eduardo Sotillos, lo pide en un artículo, moción de censura, y muchos otros en su partido lo harían si no tuvieran el miedo típico de los burócratas a perder el puesto. Como lo haría ese segundo suyo, César Luena, que, sobre no servir para nada, salvo para intentar controlarlo todo, ni siquiera sirve para decirle a usted la verdad.
No puede usted ignorar, porque ya no lo ignora nadie, que este es un gobierno presidido por un tipo sin dignidad, ni vergüenza, un embustero compulsivo, un auténtico charlatán, capaz de engañar a la buena gente haciéndola creer que vive con lo justo y que apenas llega a fin de mes cuando cobraba (y quizá siga cobrando) cantidades astronómicas bajo cuerda, sobresueldos de una caja B nutrida de presuntas actividades delictivas, como el resto de sus colaboradores, todos ellos parásitos de este expolio que dura veinte años. Un pájaro que, como Camps, se hacía pagar presuntamente las corbatas, los trajes, los viajes a cuenta de una organización de delincuentes y quién sabe si hasta el confeti de los cumpleaños. Un granuja, vaya.
Y un inútil e incompetente que no solamente ha cargado sobre los más débiles (parados, jóvenes, mujeres, enfermos, dependientes, ancianos) el coste de la crisis, sino que ha destrozado literalmente el país dejándolo mucho peor de como lo encontró con Zapatero pero habiendo beneficiado y enriquecido a sus amigos los ricos, los banqueros, los defraudadores, ladrones y evasores a los que ha amnistiado y a los que proteje a base de destruir todas las instituciones del Estado.
Un inútil e incompetente que ha agredido a Cataluña con sus estúpidas fanfarrias imperiales españolas, su catalanofobia y su instrumentalización de todos los resortes constitucionales para imponer a machamartillo su concepción nacionalcatólica e impedir por la brava que un pueblo pueda opinar libre y democráticamente. Un verdadero necio que, no contento con haber incendiado el independentismo, se ha puesto en manos de los independentistas al condicionar la convocatoria de elecciones generales en España a lo que suceda en Cataluña el 27 de septiembre.
No puede usted ignorar asimismo que este personaje preside un gobierno de mentecatos que parecen sacados de un tebeo de Flechas y Pelayos o de la Sección Femenina, ambos de la Falange; una colección de estantiguas que mueve a risa: meapilas que pasan la vida rezando a las vírgenes o condecorándolas, autoritarios que emplean la policía como una banda de matones para atemorizar a la población o majaderos pagados de sí mismos que consideran los toros patrimonio artístico y enhebran memeces al otorgar premios.
Tampoco puede ignorar que ambos, presidente y gobierno, se apoyan en un partido literalmente repleto de truhanes, mangantes, ladrones, estafadores, chantajistas, evasores, prevaricadores y sinvergüenzas en general, una verdadera asociación de delincuentes que lleva veinte años saqueando el país, como reconoció su secretaria general, Cospedal, con gran escándalo de la prensa que atribuyó la declaración a un lapsus, ignoro por qué cuando es la única verdad que ha dicho en su vida. Un partido que es una empresa del trinque, una organización del robo y el expolio, un chollo para sus afiliados, pues basta con que te saques el carné para que te caiga un puesto para toda la vida, aunque no sepas hacer la o con un canuto, como el actual director de la Guardia Civil, o no llegues ni al graduado escolar, como ese Carromato que tienen chupando del bote en el Ayuntamiento de Madrid a 60.000 euros al año y los miles de carromatos parasitando el resto de España, empezando por los más altos, Rajoy, Aguirre, Arenas, Cospedal y el resto de la tropa de mamandurrios que llevan cuatro lustros viviendo de cine a costa de los impuestos de los españoles o fabricándose ingresos turbios a medida, como esos dos murcianitos que se hacían pagar a precio de oro cada una de sus muy interesantes palabras a un empresario al que, casualmente, le caían contratas públicas adjudicadas por los compis de los dos murcianitos.
Y, si no ignora usted todo esto, si no ignora que España es hoy una ñorda sometida a la tiranía de unos ladrones, sostenida por una jauría de sicarios y esbirros en los medios pagados a peso de oro siempre a cuenta de los contribuyentes; si no ignora usted que el país es una vergüenza en todos los sentidos aquí y fuera de aquí, que la Marca España es otra estafa de trileros, que tenemos a lo mejor de nuestra juventud buscando trabajo en el extranjero porque estos ladrones no les han dejado nada, que tenemos a la gente en el paro porque han entregado el dinero a los bancos y empresarios, que los viejos no llegan a fin de mes porque les han robado el fondo de pensiones, ¿por qué no presenta ya la moción de censura?
Ya sabemos que va a perderse en el Parlamento. Pero también sabemos que se ganará en la calle y en lo medios.
Hay que presentarla por dignidad, por vergüenza, por obligación moral, porque la gente lo ha elegido a usted para que haga algo en su defensa. No para que se equivoque usted de botón en una ley sobre el aborto, no sepa en dónde nació Machado y, sobre todo y lo que es absolutamente imperdonable, no tenga usted la nobleza ni la gallardía de defender a una compañera suya de partido manteniendo su "miembros" y "miembras" que, por si no lo sabe usted, está muy, muy bien dicho.
Así que, si no puede usted dejar de hacer el tonto, y no se atreve a presentar una moción de censura, ¿por qué no se va?