Suele comentarse en los tendidos de sol y en los de sombra que los de Podemos son de una ambigüedad exquisita en asuntos de Cataluña. No se comprometen con nada aquí y ahora. Desde luego, reconocen escrupulosamente el derecho a decidir de los catalanes, pero cuando toque, que es durante un por ahora indeterminado proceso constituyente en el cual y porque se vea que no nos duelen prendas "podrá discutirse de todo". En ese "todo", evidentemente, entra "todo", a ver si pillamos por dónde van los tiros. Muy bien, perfecto. Pero la cuestión no es de previsión, sino de visión. Lo dicho, aquí y ahora. ¿Pueden los catalanes ejercer el dret a decidir aquí y ahora? Pues no; pero no porque nosotros nos opongamos, sino porque la Constitución así lo dice, aunque esto no sea del todo cierto. Por eso proponemos un proceso constituyente en donde... (estribillo). Se entiende la ambigüedad, pero también se entiende el enojo de quienes tienen la ambigüedad detrás de la oreja.
Por eso, sin duda, con ánimo de despejar nieblas y confusiones, la secretaria general de Podem, Ubasart, ha aprovechado la presentación de la organización y de su candidatura a las elecciones autonómicas/plebiscitarias de septiembre para aclarar las cosas. ¡Ah la claredat catalana! Y las ha dejado igual de turbias y confusas que antes. O peor, pues ahora ya está dicho que se respeta el derecho de autodeterminación siempre que se ejerza ad calendas graecas.
Podem irá por su cuenta a dar la vuelta al tablero político porque "el momento es ahora", ya se sabe. ¿Y respecto a Cataluña? Apoya y defiende el dret a decidir y hasta la autodeterminación de los catalanes (supuesto que sean algo distinto) y hará todo lo posible porque pueda celebrarse un referéndum sobre la cuestión. ¿Cuándo? Ahí ya se pierde claridad. No se sabe si antes, durante o después del proceso constituyente. Más parece después por cuanto dice abogar por una reforma de la Constitución "en clave plurinacional". Es muy difícil de determinar qué quiera decir "en clave plurinacional", aunque suena un poco como ese plan de organización confederal del Estado que andan apañando los de ICV-EUiA.
En resumen, la claridad catalana sigue siendo ambigüedad española. El discurso de Ubasart suena mal a oídos nacionalistas catalanes pero suena peor a oídos nacionalistas españoles. Lo cual es problemático para un partido que eleva el patriotismo a eje de su discurso.