Acaba de aparece en Akal. Es el último libro de Erik Olin Wright, un estudio que le llevó diez años y tiene considerable carga teórica y empírica. Se recuerda que, cuando interrumpí Palinuro, allá por marzo pasado, aduje que tenía sobrecarga de trabajo. No es frecuente, al menos en aquella intensidad, pero a veces pasa. Ahora se comprueba. Este libro de Erik O. Wright lo he traducido yo. Es el segundo de los mentados trabajos que ve la luz; el primero es el libro editado por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales del que ya di noticia sobre la democracia del siglo XXI. Ahora sale esta traducción de Wright. En un par de semanas aparecerá otra cosa que no adelanto porque es una sorpresa por lo aparentemente alejado de mi quehacer y, en un par de meses, otra que es, sin duda, la que más trabajo me dio. Con ello habré convencido, espero, a los escépticos que decían que detenía Palinuro para tomarme un descansito. De eso nada.
Estoy muy contento de tener en la calle el libro de Wright. Es una aportación fundamental al pensamiento político-social contemporáneo. A lo mejor le hago una reseña posteriormente pero, por ahora, puedo decir que evidencia el doble interés que señalaba al principio. Wright, reconocido analista de clases de formación marxista, aporta una pieza muy valiosa al intento de reconstrucción del marxismo como filosofía crítica en el contexto del capitalismo actual, el que ha sobrevivido al comunismo. Mantiene una línea independiente y original en su interpretación; por eso me gusta especialmente. Y de todos los epígonos del viejo profeta con los que se codea, los que más frecuenta y parecen interesarle son los analíticos. Por otro lado, desmenuza con sosiego, distanciamiento y comprensión (en el sentido del verstehen alemán) las distintas propuestas de superación de este modo de producción con un enfoque de flexibilidad teórica y rigor empírico que convierten el trabajo en una buena guía sobre las posibilidades que se abren a los intentos emancipadores en el mundo contemporáneo. El resultado era el que ya anunciara el poeta en su día: Hay otros mundos; pero están en este. La obra de Wright sirve para identificarlos y saber a qué atenernos en nuestras esperanzas.