El día fue largo y la noche, más. Empezar a dar resultados a las seis de la mañana revela crueldad mental. El momento es crucial para Europa y los sondeos apuntan a una relativa igualdad en la carrera, con lo que se mantiene una gran incertidumbre, alimentada, además por todo tipo de rumores y bulos en las redes sociales. Hace unas horas he visto un pantallazo de la CNN en que daba el 52 por ciento al "no" y el 58 por ciento al "sí". Es decir, el 110 por ciento. Es evidente que todo el mundo está muy nervioso. Pero no es cosa de quedarse de pie hasta las seis de la mañana.
Dado que Palinuro ya decía ayer que lo importante para España del referéndum escocés no es el resultado, sino el hecho mismo de que se haya celebrado, bastarán unas breves consideraciones en los dos casos, de que gane el "sí" o que gane el "no", para centrar luego la cuestión en Cataluña.Los sondeos a pie de urna otorgan una ventaja entre seis y ocho puntos al "no". Por tanto, es razonable pensar que salga el "no". De ser así, hay poco que decir. Las consecuencias directas se darán en la política interior del Reino Unido, pero no habrá repercusión exterior, salvo el carácter simbólico del referéndum en sí mismo para el resto de Europa.
Pero tampoco es tan disparatado un triunfo del "sí". El mapa de la derecha ilustra sobre la relativa intensidad de los tuits a lo largo del día, entre el "no", predominante en Inglaterra y el "sí", predominante en el resto del mundo. Especialmente en Escocia. Habrá quien emplee este ejemplo para defender la teoría de que Twitter permite predecir los resultados electorales. Muy probablemente entre los sectores más jòvenes de la población, que son quienes más emplean las redes sociales. Pero quizá el "no" predomine en los sectores con menor acceso a internet, siendo estos los que decidan el resultado final. En todo caso, un hipotético triunfo del "sí", plantea una serie de cuestiones acerca de cómo se gestionará la nueva situación. Desde la adaptación del viejo Reino Unido hasta el impacto que la secesión tenga en la UE. Al respecto se leen muchos disparates. Como que España vetaría el ingreso de una Escocia independiente en la Unión, como si España estuviera en situación de vetar nada. Tampoco es seguro que el problema que se planteara fuera el del ingreso de Escocia. También podría darse el de la salida del Reino Unido, cuya tendencia centrífuga aumentaría.
De todos modos, lo más probable es que gane el "no" por un margen considerable y una participación muy alta. Lo cual, como admite todo el mundo, zanjará la cuestión de la independencia escocesa para mucho tiempo.
A los efectos de Cataluña, que es la parada siguiente en este proceso de autodeterminación, sin duda, el "sí" funcionaría como un estimulante; pero el "no" impactará menos, porque el movimiento independentista está muy arraigado y tropieza con la negativa de las autoridades centrales, lo que plantea una situación mucho más conflictiva que en el Reino Unido. Hoy está previsto que el Parlamento catalán apruebe la norma de convocatoria de la consulta que el gobierno del Estado recurrirá de inmediato ante el Tribunal Constitucional. Los catalanistas parecen dividirse a partir de ese momento entre el soberanismo burgués de CiU, con su palabra empeñada en realizar la consulta pero dentro de la legalidad española y el más izquierdista de ERC que presiona en pro de la consulta recurriendo a la desobediencia si se considera necesario. Ayer decía Alfred Bosch en el Ritz que su intención era sacar las urnas a la calle el 9 de noviembre próximo y que estaban a la espera de ver qué disparate pueda ocurrírsele a Rajoy para impedirlo. Actitud prudente porque algo se le ocurrirá y seguramente será un disparate que solo enconará los ánimos. El más obvio de todos, recurrir al artículo 155 de la Constitución y suspender la autonomía de Cataluña.
En realidad, todas las medidas represivas que se tomen, allí en donde lo único sensato que cabe hacer es permitir el voto, serán disparates. Los escoceses pueden votar, ¿por qué no los catalanes? Recuérdese que, según Rajoy, ningún Estado democrático somete a referéndum su integridad territorial. A lo mejor, habiéndose ya enterado de que eso es exactamente lo que está haciendo uno de los más viejos Estados democráticos del mundo, considera la posibilidad de devolver a los catalanes el pleno uso de sus derechos.
En realidad, todas las medidas represivas que se tomen, allí en donde lo único sensato que cabe hacer es permitir el voto, serán disparates. Los escoceses pueden votar, ¿por qué no los catalanes? Recuérdese que, según Rajoy, ningún Estado democrático somete a referéndum su integridad territorial. A lo mejor, habiéndose ya enterado de que eso es exactamente lo que está haciendo uno de los más viejos Estados democráticos del mundo, considera la posibilidad de devolver a los catalanes el pleno uso de sus derechos.