dijous, 1 de novembre del 2012

Gobierno de ladrones.

Llevan once meses escasos en el poder pero en esos once meses han esquilmado a la población imponiendo doble pago de todos los servicios ya financiados mediante impuestos (sanidad y educación principalmente), han subido todos los impuestos (IRPF; IVA; IBI), se han inventado tasas para los demás servicios también ya financiados de antes. Es decir, han saqueado las economías de l@s ciudadan@s, singularmente l@s más desfavorecid@s.
Asimismo han rebajado los sueldos, suprimido las pagas extras, reducido las indemnizaciones por despido casi hasta la nada, aumentado la jornada laboral, recortado las prestaciones por desempleo, enfermedad y jubilación, suprimido la financiación de la dependencia, la asistencia a maltratadas y la memoria histórica. Y todo eso habiendo prometido lo contrario en las elecciones, razón por la cual carecen de toda legitimidad y solo cabe considerarlos como un gobierno de facto. Pero muy eficaz a la hora de arruinar a los españoles.
Entre tanto, han aumentado los privilegios de la casta política (cuanto más corrupta, mejor), asignándose salarios, pluses, subsidios, pensiones inmerecidos, dobles y triples sueldos, como el caso de Cospedal, Rajoy, etc; han favorecido los beneficios empresariales con exenciones, subvenciones y rescates; han aumentado los privilegios de la iglesia, gigantesco parásito de la comunidad nacional; han llenado los bolsillos de los financieros y capitalistas con dinero robado a las clases populares.
Para contener y desviar la previsible indignación popular a corto plazo han organizado un frente mediático monopólico (medios privados y públicos, todos a sus órdenes) compuesto de sicarios ideológicos y mercenarios dedicados a mentir, insultar, tergiversar, calumniar a la oposición y la disidencia y glorificar los latrocinios como si fueran actos de altruismo. Eso en lo ideológico. En lo material, recurren a la represión callejera más dura y arbitraria, usan la policía como si fuera el somatén, para amedrentar y asustar a la población, apaleándola y sometiéndola a medias punitivas administrativas arbitrarias e injustas. Pretenden suprimir la libertad de expresión para que nadie pueda mostrar la actuación brutal de las fuerzas de represión y reforman el Código Penal para convertir en delito cualquier forma de manifestación de la disidencia en una concepción del orden público claramente filofascista.
A medio plazo han encarecido el sistema educativo para que solo puedan estudiar los ricos; han reformado la asistencia sanitaria para entregarla a la codicia de la empresa privada al tiempo que excluyen de ella a los más necesitados y vulnerables, inmigrantes, dependientes, ancianos, etc; imponen nuevas tasas para impedir que los pobres tengan acceso a la justicia y eso lo hace el mismo sujeto que lleva su fatua necedad al extremo de negar derechos básicos a las mujeres y pretender en cambio darles lecciones de "auténtica feminidad".
Cuando todo eso sucede en menos de un año y no hay una explosión social, algo no funciona. Se queja la Casa Real y el gobierno lleva muy a mal que, cada vez que un gobernante o mandatario se hace ver en público, coseche una pitada, silbidos, abucheos, broncas. Es lo menos, realmente lo menos, que puede pasar. Palinuro está convencido de que estos apandadores sin escrúpulos, estos parásitos y gestores corruptos, estos mangantes, no reflexionarán hasta que el único silbido que oigan sea el de la cuchilla de la guillotina.
Entre tanto cabe divertirse escuchando las inmorales estupideces de la alcaldesa de Madrid, cuya sola presencia ya ofende el buen gusto.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el public domain).