Menudos caretos lucían ayer las dos ministras y la vice en la rueda de prensa. Analícese un poco la imagen. La ministra de Empleo tiene la mirada perdida entre las míseras cuentas que ha de presentar. La vice se agarra al bolígrafo como la derivación a tierra del circuito eléctrico. Y la tercera, la ministra de Fomento, mira al interpelante fuera de campo como el que mira una inmunda sabandija. Mensaje claro y general de la rueda: no está el horno para bollos.
La intervención de la ministra de Empleo fue algo atípico. Se ve que no la acompañaba en ese momento la Virgen del Rocío, a quien se tiene encomendada ella misma, que parece muy devota. Nunca es agradable dar malas noticias o proyectar mala imagen, la de una, por ejemplo, que está escatimando unos euros a los más pobres y más desamparados. Es lógico que se ponga una nerviosa y no se le entienda al hablar porque tiene una mala conciencia. Pero las ruedas de prensa están para explicar y su asunto era muy sencillo de exponer. Más o menos así: no hemos suprimido los 400€ porque cogimos miedo con lo de Gordillo. Al contrario, vamos a incrementar en 50€ en algunos casos. Y, para compensar, vamos a quitárselos a todos los que vivan con sus familas y sus ingresos por barba pasen de 75% del salario mínimo y que son muchos más. ¿Acaso no es sencillo?
Lo es, desde luego. Pero da vergüenza. No sé si a Báñez, a quien no parecen importar gran cosa estas menudencias, pero a cualquier otro, sí. Mucha vergüenza que se esté sonsacando los untos a la gente con socaliñas impresentables como las llamadas preferenciales, típico producto de la España negra, de Goya a Gutiérrez Solana, mientras que hay más de sesenta diputad@s, incluidos varios ministros y hasta la misma Fátima Báñez, que cobran dietas indebidas pues residen en Madrid.
Lo de las dietas es la punta de la punta del iceberg. Lo gordo es el funcionamiento ordinario de una administración parasitada por una clase política sin escrúpulos que practica a rabiar lo que dice combatir, el enchufismo, el clientelismo, el amiguismo. Tengo entendido que Rajoy cuenta con más de seiscientos asesores. ¡Qué bárbaro! Y todos cobrando una pasta, de esa que no hay para los parados. Cuando se junten los seiscientos parecerá el salón del trono de Sardanápalo. ¿Y para qué quiere Rajoy seiscientos asesores? En sus históricas meteduras de pata, ¿está asesorado o va por libre? Los ministros también tienen la tira de asesores. Y los presidentes de Comunidades Autónomas. Y los alcaldes. Y...Un gentío, compuesto de amigos, cofrades, parientes, allegados de los barandas y que cuestan un ojo de la cara al país y no sirven para nada pues no suelen tener ni idea de aquello de lo que "asesoran".
Por si fuera poco a los asesores se suman los "cargos de confianza", que no tienen por qué ser los mismos; son otros parientes, amigos o deudos cuyo mérito esencial es ese, tener la confianza del gobernante. Lo extraño es que todavía no hayan metido en nómina a sus mascotas; pero todo se andará.
No es de recibo que muchos políticos, entre ellos el presidente del gobierno, cobren dos sueldos públicos. Se dice, ya sé, que el que paga el partido no es público, pero claro que lo es de hecho pues el partido se financia con fondos públicos mayoritariamente. Es decir solo pueden cobrarse dos sueldos públicos, como también hace Cospedal, mediante un más que probable fraude de ley. En esto de birlar la pasta al contribuyente, Cospedal es un águila. Acumulaba tres cargos: senadora, secretaria general del PP y presidenta de Castilla La Mancha; renunció a la paga de senadora porque no le quedaba más remedio ya que es incompatible a todas luces, pero se quedó la del partido que solo lo es a la luz de la decencia. Así que la pava que pone en la calle a 700 interinos y racanea la nómina a todo el mundo menos a sus enchufados, cobra indebidamente dos sueldazos y vive a cuerpo de reina gracias a la política.
En el caso de Rajoy el asunto tiene más interés. A estas alturas el país no sabe cuánto cobra al mes por todos los conceptos su presidente. Hay una denuncia en los juzgados en la que se afirma que Rajoy mantiene su plaza de registrador de la propiedad de lo que deriva ingresos fijos, con lo cual diríamos que está cobrando tres sueldos o, para ser más exactos, dos sueldos y una renta. Pero, de ser eso cierto, resulta moralmente impresentable y no se explica cómo ningún grupo parlamentario de izquierda ha planteado la pregunta concreta en la cámara de cuánto cobra al mes el presidente del gobierno por todos los conceptos, la pregunta que Rajoy dejó sin contestar cuando se la hicieron en directo en la televisión. Es una dejación de responsabilidad que hace pensar en complicidad. Nadie pregunta porque todos tienen algo que rascar.
La rueda de prensa, tan parecida a un velatorio, en la que se escenificó un acto más del expolio de los ciudadanos por las autoridades, coincidió con otro feliz momento de la Generalitat catalana. Esta priva a una anciana de los 104€ mensuales que le daba para su regia pitanza porque dice que ya le dan de comer en el hospital en que la tratan. Lo hacen los de la coalición que supuestamente cobraba un 3% de mordida en la adjudicación de toda obra pública.
No sé en dónde he leído que la crisis no es política ni económica sino moral. En realidad es las tres cosas, pero el aspecto moral es amenazador. Que un gobierno en el que hay varios propietarios de viviendas en Madrid que probablemente alquilen decida agilizar los desahucios de los morosos es inmoral. Que las sociedades de inversión financiera no tributen nada es inmoral. Como lo es que las SICAV tributen un 1%, que más del 80% de la deuda que hemos de pagar todos sea de las grandes empresas o que los trabajadores tributen como media un cincuenta por ciento más que los empresarios. Todo eso es pura inmoralidad.
Por ello cuando, con tanta inmoralidad a la espalda, hay que salir a explicar que se van a arrebatar sus últimos 400€ a decenas de miles de personas se le pone a una la cara de Báñez.
En el caso de Rajoy el asunto tiene más interés. A estas alturas el país no sabe cuánto cobra al mes por todos los conceptos su presidente. Hay una denuncia en los juzgados en la que se afirma que Rajoy mantiene su plaza de registrador de la propiedad de lo que deriva ingresos fijos, con lo cual diríamos que está cobrando tres sueldos o, para ser más exactos, dos sueldos y una renta. Pero, de ser eso cierto, resulta moralmente impresentable y no se explica cómo ningún grupo parlamentario de izquierda ha planteado la pregunta concreta en la cámara de cuánto cobra al mes el presidente del gobierno por todos los conceptos, la pregunta que Rajoy dejó sin contestar cuando se la hicieron en directo en la televisión. Es una dejación de responsabilidad que hace pensar en complicidad. Nadie pregunta porque todos tienen algo que rascar.
La rueda de prensa, tan parecida a un velatorio, en la que se escenificó un acto más del expolio de los ciudadanos por las autoridades, coincidió con otro feliz momento de la Generalitat catalana. Esta priva a una anciana de los 104€ mensuales que le daba para su regia pitanza porque dice que ya le dan de comer en el hospital en que la tratan. Lo hacen los de la coalición que supuestamente cobraba un 3% de mordida en la adjudicación de toda obra pública.
No sé en dónde he leído que la crisis no es política ni económica sino moral. En realidad es las tres cosas, pero el aspecto moral es amenazador. Que un gobierno en el que hay varios propietarios de viviendas en Madrid que probablemente alquilen decida agilizar los desahucios de los morosos es inmoral. Que las sociedades de inversión financiera no tributen nada es inmoral. Como lo es que las SICAV tributen un 1%, que más del 80% de la deuda que hemos de pagar todos sea de las grandes empresas o que los trabajadores tributen como media un cincuenta por ciento más que los empresarios. Todo eso es pura inmoralidad.
Por ello cuando, con tanta inmoralidad a la espalda, hay que salir a explicar que se van a arrebatar sus últimos 400€ a decenas de miles de personas se le pone a una la cara de Báñez.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).