Este año nos quedamos sin debate del estado de la Nación que los nacionalistas no españoles llaman de "Política general" porque lo de Nación referido a España les produce sarpullidos. Aquí lo de los nombres es esencial; luego lo que cada cual entienda por él es cosa de ese cada cual. Los españoles, tanto los confesos como los confesados, somos muy individualistas. Algún cínico -yo no, eh- diría borregos individualistas, una combinación autodestructiva según la teoría de Darwin, porque la fuerza de los borregos está en el rebaño y la de los individualistas en no ser borregos. Como decía hace poco Sánchez Ferlosio en un estupendo artículo en El País, titulado Patrimonio de la Humanidad, reproduciendo a un supuesto lector "zafio e iletrado", Áteme usted esa mosca por el rabo.
Vale. Tengo tortícolis de mirar al cielo sin ver ni una Perseida. No me quejo pues ya sé yo que jamás conseguiré el deseo que formulara. A la tierra hemos venido a sufrir. Pero la tortícolis ahí estaba y con alguien había de pagarla.
Ya vuelvo. Al no haber debate sobre el estado de la Nación, cavilé que podría hacerse uno sobre el estado del gobierno. El último barómetro del CIS dejaba a todos l@s ministr@s a la altura del betún. Una breve ojeada a sus gestas más importantes en ocho meses dará una idea de la base de esa bajísima calificación. El orden es irrelevante:
- Interior se ha caracterizado por un talante autoritario y represivo casi prusiano. Tiene a la policía politizada y en un estado próximo a la insubordinación. El ministro desconoce las normas de procedimiento más elementales y debe de creer que los jueces están a sus órdenes y no al revés.
- Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente pretende edificar en los tramos de costa que quedan entre edificación y edificación y los incendios -pavorosos este año, con varios muertos ya- le producen alergia. En este momento arden cinco parques naturales y el ministro estaba en los toros, con el Rey.
- Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad se hizo célebre con una inenarrable rueda de prensa de la ministra que no acertaba ni a pronunciar bien las palabras y ha seguido con una serie de drásticos recortes, precipitados y, a veces, absurdos que hay luego que corregir de modo más precipitado y absurdo: no puede privarse a los inmigrantes indocumentados de atención sanitaria, así que el ministerio asegura que cobrará a los países de origen cuando todo el mundo sabe que los países de origen no pagan y eso, cuando se conocen, porque, siendo los pacientes indocumentados, pueden decir que proceden del Imperio Hitita.
- Educación, Cultura y Deporte ha entrado a saco en el sistema educativo español, tanto en la forma como en los contenidos a los que ha incorporado una visión ideológica neoliberal y conservadora al tiempo, muy en consonancia con las expectativas de iglesia. Y eso, para liberar a la educación de la ideología sociata caracterizada por el relativismo, la secularización, el colectivismo y la promiscuidad. La educación universitaria está ya a la altura de las mejores del mundo en el precio. La cultura ha salido muy beneficiada. El ministro ha otorgado muchos millones (no sé cuántos; cuantos quiera son excesivos) de euros a las corridas de toros, consideradas patrimonio cultural de los españoles, lo que nos distingue de los demás pueblos del mundo. Y lo dice con orgullo.
- Empleo y Seguridad Social con buen tino desde el principio se puso bajo la advocación celestial de la Virgen del Rocío, prueba de lo oportuno que es llevarse bien con la iglesia. Pero el empleo y la seguridad social en España no son cosa de las potencias celestiales sino de las infernales. Para compensar, según parece, la ministra dio a luz los infiernos secretos del adversario, los datos de un ERE del PSOE y lo hizo desde su correo personal de ministra, en una muestra de radiante inteligencia.
- Justicia. El ministro, fuerte personalidad, pero ladina, se ha propuesto cambiar la legislación en materia de aborto y otras cuestiones de este jaez de acuerdo con los deseos de la iglesia. Pero pretende hacerlo con el lenguaje de la izquierda, hablando de "violencia estructural" y "reformas progresistas" hasta fabricar una melopea ridícula incapaz de ocultar que la iglesia ha impregnado la acción del ministerio con su más oscura pasión: la misoginia.
- Hacienda y Administraciones Públicas y Economía y Competitividad van juntas porque son materias fraternales, aunque los hermanos ministros se lleven tan bien como Caín y Abel. Aún no se han entrematado pero han estado muy vigilantes de que no se los confundiera por la cual sus datos, cifras, cantidades, no coincidían ni tampoco las explicaciones de los hechos. Esa astucia primitiva nos ha costado la ya muy probable intervención porque nadie en su sano juicio puede confiar en un país en el que los ministros de Hacienda y de Economía, al contrario que Hernández y Fernández, no coinciden en nada jamás.
- Asuntos Exteriores y Cooperación brilla siempre con luz propia en donde no debe y diciendo lo que conviene callar, lo cual traduce una idea de la diplomacia bien peregrina. Mientras no nos meta en un conflicto con Inglaterra por Gibraltar, la cosa es pasable. El ministerio no plantea el asunto del Peñón porque sea un desvergonzado paraíso fiscal, en el que hay 80.000 sociedades mercantiles registradas con una población de 30.000 almas, monos incluidos, si tienen alma, asunto controvertido. Lo plantea porque en el Peñón luce "la ignominia de un extraño pabellón."
- Industria, Energía y Turismo muestra la determinación que perpetuamente se lee en el rostro del ministro: el carbón se cierra porque es una mamandurria. En cambio se fomenta el uso de energía nuclear que es lo fetén, como se vio hace unos años en Chernóbil y hace unos meses en Fukushima. ¿Quién dijo miedo? Se torpedea el desarrollo de energías alternativas y renovables porque estropean el paisaje y se hacen prospecciones en el litoral de las Canarias, en busca del Potosí del oro negro. Si este no aparece, nos habremos cargado el turismo, que es una actividad de plebeyos.
- Defensa tiene una tarea por delante: compensar a la antigua empresa de armamento del ministro por el cese en los pedidos de bombas de racimo que se produjo cuando el gobierno anterior aceptó prohibirlas. La pesada herencia del buenismo de ZP.
- Fomento es un ministerio-chollo por razón de las contratas de infraestructuras, carreteras, canales, vías férreas, un imperio de pirañas que ahora se devoran mutuamente porque no hay dinero. El ministerio de Fomento es como la leyenda de la ciudad sin nombre, razón por la cual cuando se menciona el nombre de Ana Pastor, todo el mundo piensa en la otra.
- Vicepresidencia recaba sobre sí con animoso espíritu una función de comunicación con los medios y los ciudadanos, cada vez más impertinentes y preguntones. La dedicación es total: el último tuit en el twitter oficial de la Vicepresidencia (@M_Presidencia) es del 3 de agosto, hace ocho días.
- Presidencia. Esta colección de eminencias está presidida por el líder máximo, aquel que ensambla con su poderoso ingenio las piezas de este rompecabezas, le da un sentido y marca el camino, el destino al que conduce el navío desde el puente de mando con clarividencia y pulso firme. Ese hombre se llama Mariano Rajoy Brey, y hoy está de vacaciones.