¡Señor, Señor! ¡Qué tenga uno que hacer todas las semanas el viaje desde este mi pueblo en la preciosa costa española hasta el barullo madrileño solo por servir a la ciudadanía, a la que me honro en representar y que me lo echen en cara! Y eso porque, teniendo dos casas en Madrid, cobro unos 1800€ al mes por dietas de desplazamientos que no dan para nada, como casi todos los demás colegas; como algunos ministros. Por ejemplo, Montoro, que tiene pisos en Madrid, pero cobra las dietas. Naturalmente. Las dietas son para los electos fuera de Madrid. ¿Lo somos? Pues a cobrar. Nada interesa al Estado si yo tengo un apartamento en Madrid o una cadena hotelera. Es mi derecho y punto.
Hay quien dice que el fondo del asunto no es jurídico sino moral; que está feo que cobremos ese dinero cuando hay tanta gente que apenas sobrevive con la cuarta parte. Y eso los más sensatos porque otros como este Palinuro que Dios confunda, sostienen que lo de cobrar los 1800 euracos es un ilícito directamente sancionable.¡Con qué facilidad se hace demagogia de este servicio humilde y callado que realizamos los diputados al país!
No sé. Quizá alguno se pase. Pero no será por cuestiones de substancia sino puramente adjetivas, ornamentales. Por ejemplo, no fue un acierto que saliera Fátima Báñez a explicar la socaliña de los 400 euros a los parados cuando ella también cobra 1.800€ como dietas, cuatro veces y media los 400 urillos que estamos birlando a decenas de miles de personas. Estas cosas cabrean y en mi partido no se ven con buenos ojos. Cuestión de oportunidad.
En mi partido y en los demás. ¿Cómo explicar a los demagogos barriobajeros estilo Gordillo y Palinuro que esas dietas las cobramos casi todos los diputados, incluidos los del PSOE y otras oposiciones que también tienen casa en Madrid? No será tan indebido cuando lo hacen casi todos, hasta el presidente del gobierno. Trabajamos por el pueblo, nos dejamos lo mejor de nosotros mismos en este empeño. Lógico es que se nos compense modestamente. Sí, ya sé que nuestras pagas, privilegios, remuneraciones transitorias y régimen de pensiones resultan un poquito escandalosos en un país en el que mucha gente no tiene ni para comer. Pero tampoco es para exagerar ni rasgarse las vestiduras. Somos los padres de la patria y es lógico que se nos trate como a tales, no como a los pelagatos que dejamos de ser cuando, gracias a lamerle el trasero al dirigente de turno del partido, nos incluyeron en las listas cerradas y bloqueadas y llegamos aquí, muchos sin saber hacer la o con un canuto.
Llegamos aquí con gran esfuerzo y, logicamente, no queremos que se mueva nada. Y tampoco tenemos el mal gusto de ponernos a trabajar furiosamte, como si fuéramos unos muertos de hambre. Ni hablar.. Todo con comedimiento y sensatez. Yo, por ejemplo, no he presentado una pregunta nunca, ni una interpelación, nada. Soy un diputado por estrenar y una reserva espiritual de mi partido. Voy al Parlamento a votar lo que dice mi jefe de grupo y a estar en Madrid haciendo negocios. ¿No pretenderán que, con los 5.100€ al mes, como dice el bueno de Collarte, estemos trabajando todo el día? Los tiempos de la esclavitud pasaron, amigos.
¡Y si solo fueran los 1.800€ al mes! Los demagogos también la están montando porque hay algunos parlamentarios y hasta el mismo presidente del gobierno que, además, cobran dos sueldos de la administración pública, en contra, dicen, de lo previsto en la ley de incompatibilidades de 1984. Una mentira asquerosa porque quienes hacen eso, Rajoy, cuya vida guarde Dios muchos años, mi querida Cospedal, cobran un sueldo del Estado y el otro es del partido que, como todo el mundo sabe, no es es ,la administración pública porque España, gracias a Franco y a Dios, no es un Estado totalitario. Sí, ya sé que algunos rojelios dicen que, pues los partidos se financian con fondos públicos, son públicos y no se pueden cobrar los dos salarios salvo fraude de ley. Pero eso es dudoso y ya se sabe que in dubio, pro reo.
Hay quien ha llegado a denunciar al presidente del Gobierno (la mano de Dios lo guíe y lo libre de todo mal) por sospechar que está cobrando un tercer emolumento como son los honorarios del registro de la propiedad de Santa Pola. Son ganas de chinchar y de buscarle tres pies al gato. Vamos a ver, si queremos tener al frente de los destinos patrios a un fuera de serie, a un estadista inmortal, a alguien capaz de sacar al país del abismo en que lo dejaron los sociatas, a un hombre de la talla intelectual y moral de Rajoy habrá que pagarlo como Dios manda ¿no?
(La imagen es una foto de Andrés Rueda, bajo licencia Creative Commons).
(La imagen es una foto de Andrés Rueda, bajo licencia Creative Commons).