dimecres, 11 de juliol del 2012

El mayordomo transmite las órdenes.

Después de haber mentido a mansalva para ganar las elecciones, diciendo que haría lo contrario de lo que ya entonces pensaba hacer y después de haber seguido mintiendo sobre las negociaciones con la UE, al extremo de sostener día tras día lo contrario de lo que decían los organismos europeos, hoy le ha tocado coronar el edificio de su monumental embuste, de su estafa a la gente que lo votó porque dijo que:
  • No subiría los impuestos.
  • No tocaría las pensiones.
  • No abarataría el despido.
  • No bajaría el sueldo de los funcionarios.
  • No reduciría las prestaciones por desempleo.
  • No recortaría la sanidad.
  • No recortaría la educación.
  • No subiría el IVA.
El bochorno, la vergüenza que se supone debiera pasar le dan igual porque, como ha demostrado suficientemente, el hombre carece de dignidad. Quería ser presidente a toda costa, aun mintiendo y engañando, para cumplir las órdenes de sus jefes, tanto los alemanes como los españoles. Y eso es lo que está haciendo. Lo demás: el pueblo, la representación, el mandato, los derechos, la democracia, todo eso son palabras con las que juega la derecha sin darles mayor importancia. De lo que se trata es de estar en el poder para que los ricos se enriquezcan y los pobres sepan de qué va la cosa. Y, si es necesario, se adorna la burla con una mentira más. Sin sonrojarse, Rajoy ha dicho a los funcionarios saqueados que recuperarán lo que hoy les roba en forma de no sé qué fondos de no sé qué allá por 2015. Probablemente lo habrá contado como chiste de sobremesa con Rouco y Rosell, sus dos fuentes de inspiración.
Hay quien pide un referéndum sobre el rescate que, por supuesto, enésima mentira, no es un rescate sino una especie de botín que hemos conquistado en Europa, pero no me parece suficiente. Cuando un gobierno hace lo contrario de lo que dijo que iba hacer debe dimitir y dar paso a otro o disolver las cámaras y convocar elecciones anticipadas. Frente a esta máquina de mentir, defraudar, engañar y expoliar a la gente, Rubalcaba ha demostrado una vez más que carece de recursos y de fuerza. El PSOE resuelve ese problema cuanto antes o tendrá un futuro al estilo PASOK: camino de la irrelevancia. Rubalcaba no vale, está demasiado distanciado de la calle y enviciado por veinte años de política parlamentaria. Hoy, la dignidad de la democracia y la justicia social ha estado representada por Cayo Lara en la tribuna del Congreso, a quien no escuchaba ninguno de los cantamañanas que componen el grupo parlamentario del gobierno y los mineros en la calle, a quienes en cambio escucha atentamente todo Madrid y toda España. Nunca ha estado más clara la contraposición entre la vacua política parlamentaria de engaños y burlas y la política auténtica y real de la calle. Ahora solo es preciso que esta sea eficaz frente a las gazmoñerías de la política institucional. Y una última consideración ¿cómo lo llevará Aguirre con el recuerdo de su insurrección civil contra la subida del IVA? Es obvio que esta mujer tiene tanta conciencia y dignidad como Rajoy pero algo quizá le haga entender el desprecio que la gente cabal le profesa. (La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).