Los pasquines de la derecha, que se ven a la izquierda, coincidían hoy en la diaria maniobra de desinformación que llevan a cabo. La idea en todos es la misma: magnificar los disturbios que un puñado de radicales provocó ayer en Barcelona y culpar de ello al PSOE que, como sabe todo el mundo, no tiene nada que ver con el asunto. Pero eso es lo de menos para una gente cuyo oficio no es informar, sino mentir, provocar y ver si se puede enfrentar a unos ciudadanos con otros. Igual que la misión de Aznar cuando habla en público no es aclarar ni comunicar nada, sino difundir odio y afán de venganza.
Ignoro si la gente que consume esta bazofia siente alguna inquietud o tiene algún escrúpulo moral. Y tampoco me importa. Lo que debe quedar claro es que aquí hay una "prensa" que entiende que su cometido en auxilio del gobierno es suscitar, si puede, un clima de confrontación civil, pues es incapaz de vivir en uno de normalidad democrática. Sabedora de que está en el gobierno por casualidad pues, si la crisis no hubiera hecho tanta mella en España el PSOE no hubiera perdido las elecciones o las hubiera perdido por mucho menos, trata de crear una situación de hecho en la que, mediante la demagogia, la calumnia, el miedo, el chantaje, lo excepcional se convierta en normal.
La idea es la misma que persigue el Gobierno al que esta prensa apoya de común acuerdo con los empresarios: quebrar todo principio de seguridad jurídica y social de los trabajadores y la gente en general, destruir sus derechos, tornar inseguras e inciertas sus vidas, hacerlos depender de la caridad y la magnanimidad de los ricos para que entiendan quién manda en esta sociedad y a quien hay que votar mediante la esclarecida guía de unos curas lanzados desde hace años a engordar las arcas de la iglesia esquilmando el patrimonio inmobiliario del país: a los empresarios que tienen derecho absoluto sobre vida y hacienda de los trabajadores y a sus pistoleros y sicarios mediáticos, cuya supervivencia depende estrictamente de que den la medida asignada de ladridos en defensa del capital y en contra de los demás trabajadores.
¿Qué? ¿Va entrando ya en la dura mollera de los imbéciles que decían que el PSOE y el PP son lo mismo que eso no es verdad? Y lo de imbéciles cuando lo decían de buena fe; porque muchos, que se creían más listos, lo decían de mala fe, para facilitar las cosas al PP, si es que no eran agentes de este, directamente pagados por él.