Magnífica la noticia de El País de que la Izquierda Abertzale (IA), muestra su pesar por las víctimas del terrorismo etarra. Ha salvado un escollo importante en el camino hacia la normalización en el País Vasco en todos los sentidos, incluido el suyo de acercarlo a la independencia. Llega muy tarde, cierto, pero llega, que es lo importante. Digo "tarde" porque este es uno de los elementos que siempre me ha parecido más odioso de esta izquierda, una muestra de hipocresía y maldad atosigante. Nunca me cabrá en la cabeza que uno pueda no indignarse ni rebelarse contra los asesinatos cuando los cometen los del propio bando. Al contrario, siempre he considerado que la superioridad de la izquierda reside, entre otras cosas, en que aplica el mismo rasero ético a los propios y a los extraños; incluso más que el mismo. Jamás creeré en una causa que, para imponerse, exija asesinar gente indefensa. Jamás.
Así que se entenderá que aplauda la decisión de la IA de poner fin a años y años de encanallamiento moral, al parecer libremente consentido. Es un momento decisivo. Y también lo es en un terreno práctico y hasta táctico. Una vez que en octubre la banda terrorista decidió poner fin a sus crímenes, estamos en un camino de no retorno y, en ese tipo de caminos, lo mejor es hacerlos cuanto antes; a la carrera si es posible. ¿Qué ganamos arrastrando los pies, dilatando decisiones, regateando las declaraciones valientes? Nada de nada salvo abrir la posibilidad de que las cosas puedan torcerse o dar a los enemigos de la democracia y del derecho de autodeterminación un pretexto para cometer alguna fechoría.
La IA está en las instituciones y dispuesta a atenerse a las reglas del juego democrático con todas las consecuencias. LLegue hasta el final en el recorrido: exija la disolución de ETA. Y la banda, si le queda un adarme de sentido común, que se disuelva hoy antes que mañana y mañana antes que pasado.
En una democracia -incluso en una tan deficiente como la española- se pueden defender libremente todos los proyectos políticos que no incluyan el asesinato de gente indefensa y/o el uso de la violencia. Todos. Incluidos los independentistas. Les ha costado casi cuarenta años entenderlo. Han tenido que perder una guerra para ello. Que no les cueste otros cuarenta tomar las decisiones acordes a ese entendimiento.
Y no se crea que Palinuro actualiza el blog por un mero interés objetivo de señalar el notable avance político y moral que la decisión de la IA significa en el País Vasco. Lo hace también por el subjetivo de recuperar la libertad de expresión, secuestrada por los asesinos y que incluye la defensa del derecho de autodeterminación en España. El interés subjetivo de ver que en la izquierda española somos muchos los partidarios de ese derecho, que no podía defenderse cuando se reclamaba a punta de pistola. Si ahora existe una posibilidad de debatirlo pacíficamente y adoptar las decisiones consecuentes, para luego es tarde.