Seducido por una publicidad que la presentaba como la peli más divertida del año me fui a ver esta de Dany Boon que aquí se llama Bienvenidos al Norte entre otras cosas porque no es posible traducir más fielmente el título original. Ya empecé a escamarme cuando vi que sólo se proyectaba en versión doblada: nada de V.O. Pero, en fin, tampoco era de extrañar ya que, en buena medida, la comicidad de la peli está basada en la peculiar forma de expresarse de la gente del norte de Francia, más concretamente, Nord-Pas de Calais (Norte-Paso de Calais), sus giros, modismos y acento. Así que en definitiva, la gracia consiste en pasarse hora y media manejando topicazos regionales. Algo así como si la señora Nebrera se hubiera hecho directora de cine y hubiera rodado una peli de andaluces. Bastante insoportable.
Añádase a ello una historia de una pequeña oficina de correos en un pueblito, Bergues, con las tiernas y muy humanas historias de la gente sencilla: el matrimonio de un directivo del servicio postal que no funciona, un noviazgo entre el repartidor de correos y la chica de la ventanilla frustrado por la presencia agobiante de la madre del novio y unos actores secundarios característicos, encargados de dar vida a los prejuicios y todo ello en plan "simpa" o de rechinar los dientes, que viene a ser lo mismo. Este tipo de comedieta francesa que no hay dios que aguante. Las películas del insoportable Fernandel eran mejores.
La historia se corona con un final feliz generalizado en el que el noviazgo cuaja por fin porque la madre resulta ser encantadora y el matrimonio del directivo se arregla pues todo era un penoso malentendido entre los dos cónyuges que se aman como el primer día. Todavía no entiendo cómo se me ocurrió ir a ver esta peste. Y todavía entiendo menos por qué se distribuye en España como no sea como una especie de pago en especie por los favores que nos hacen los franceses ayudando a perseguir a los etarras.