No hay duda de que esta derecha está de pim pam pum con su presidente y próximo candidato a la presidencia del Gobierno. Excepto su equipo de fieles, su estricta escudería, su guardia de corps, el señor Rajoy tiene al resto del partido más o menos en estado de fronda. Su último barón territorial, el navarro, se ha desligado del vasallaje y los que quedan en la península no parecen de indubitable lealtad, sin contar con alguno(a) cuya lealtad es peor que la picadura del alacrán.
En los medios de la derecha, esos que hablan con el lenguaje de la izquierda cuando afirman ser "críticos" con el "poder" (sólo si el poder es de izquierda) no lo quieren ni en pintura. Todo el frente mediático reaccionario, a excepción de La Razón, hoy dirigida por un antiguo cargo de Rajoy cuando era ministro, apuesta por sustituir al presidente del PP por algún otro, preferentemente Esperanza Aguirre, que es quien levanta ditirámbicas pasiones en El Mundo, la COPE y, por supuesto, su propia televisión, Telemadrid, especie de teatro de guiñol donde llueven los estacazos sobre la izquierda por su pretensión de "superioridad moral" y se ensalzan las nobles virtudes de la preclara dama que, a su vez, define su corralito televisivo como un "espacio de libertad".
El presidente de honor del PP, el guantanamero señor Aznar, últimamente desaparecido, duda a las claras del liderazgo del delfín que él mismo ungió con su divino dedo y cuestiona la estrategia de la dirección del partido ante los retoños de las Nuevas Generaciones. Y Aznar no es sólo Aznar, si no una poderosa maquinaria de propaganda, una Fundación (FAES), un grupo de Estudios (GEEES), órganos de un Think Tank dispuestos a pensar a toda pastilla y demostrar lo que el lider natural quiera que se demuestre. Si bien en los últimos días tanta materia gris tiene que estar concentrada en ver cómo salva al hombre providencial de la acusación de complicidad con los vuelos de la tortura a Guantánamo en poco tiempo volverá a las andadas porque es bien evidente que, como dice la señora Pajín, en el "lío interno" del PP se ve la mano de Aznar. Coincido con ella. Se ve la mano de Aznar sobre todo por la mala uva.
Ahora el antiguo vicepresidente del Gobierno de Aznar, el señor Álvarez Cascos, típico representante de lo que podría llamarse "la vieja guardia aznarina", aquel que, según Felipe Gonzalez, razona con el apellido, pronostica que en 2012 la candidata a la presidencia del Gobierno de España será la señora Aguirre y que el señor Gallardón nunca mandará en el PP . Del señor Rajoy no hace ni referencia, pero sí deja claro que el problema del PP "es de proyecto, de equipo y de trabajo", cuestiones de las que él sabe mucho, con la más desastrosa gestión en Fomento de la historia reciente de España. Esto ya es más que fronda y semeja un auténtico vendaval en contra de la dirección actual. Es lo que se llama un partido unido y bien avenido. Casi parece Izquierda Unida.
Para colmo de males las encuestas siguen siéndole desfavorables. La última aparecida en Público deja a su partido a dos puntos y pico porcentuales en intención de voto por debajo del PSOE que la tiene de 41,3, mientras que sigue yendo por detrás del presidente del Gobierno en popularidad: 4,3 frente a 4,7 del señor Rodríguez Zapatero. Y todo esto en plena crisis económica, con datos escalofriantes sobre descenso de consumo, aumento del paro, morosidad, despidos, etc. ¡Cómo será cuando empiece -si empieza- la recuperación hacia 2010! Aunque es posible que el señor Rajoy no llegue a esa fecha en su cargo actual si, como es de temer, su partido obtiene malos resultados en las elecciones europeas, vascas y gallegas que se avecinan. El señor Rajoy dice estar convencido de que ganará las próximas elecciones; pero sería bueno que se viera que cuenta con el apoyo incondicional de alguien más que los dos portavoces en las Cámaras y la Secretaria General, todos ellos excelentes personas seguramente pero que le deben el cargo.
(La imagen es una foto de Contando Estrelas, bajo licencia de Creative Commons).