Todos los hipócritas dicen que odian citarse a sí mismos pero que lo hacen porque...ponga aquí el lector la excusa que quiera, pues hay varias pero la cosa suele ser pura vanidad. En mi caso también. Sólo que yo lo confieso. La posibilidad de que el señor Obama llevara de vicepresidenta a la señora Clinton o al revés la traté (cierto que con grados distintos de (in)credulidad) cuando menos en tres entradas en mi cobertura de las primarias estadounidenses, hélas aquí: EEUU: la pugna sigue, Sigue la incertidumbre, Hasta el último momento. Al final parece que efectivamente cuaja el dream team si bien con una estructura diferente: la señora Clinton va de ministra de Asuntos Exteriores ("Secretario de Estado" se llama en los EEUU, como en España antaño cuando se llamaba "ministro de Estado") porque la Vicepresidencia está en manos del señor Biden de quien, por cierto, casi nadie recuerda que también fue candidato a la nominación demócrata al comienzo de las primarias y que llevaba años intentado serlo, veinte en concreto.
¿Es un acierto o no? Mi amigo Félix me envía un artículo del New York Post, un tabloide neoyorquino, titulado DC'S SMALL CHANGE, que empieza felicitando al matrimonio Clinton porque, dice, "parecen haber ganado las elecciones a pesar del resultado oficial del cuatro de noviembre" ya que casi todos los nombramientos de Mr. Obama son de personal de Clinton incluida, según se sabe ya de página del New York Times, la señora Clinton herself. Según este diario el señor Obama está rompiendo su promesa de cambio con la "vieja política" (como diría Ortega) pero, al ser un tabloide estadounidense, termina con una nota de cordura diciendo que es pronto para juzgar y que hay que seguir viendo.
Por supuesto, pero el nombramiento de la señora Clinton es un acierto por toda la banda: interior y exterior. Mr. Obama se rodea de dos excandidatos a la presidencia de los EEUU cuya función en los próximos ocho años será entrevigilarse y entrecontrolarse porque ambas quieren ser presidentes y facilitar el gobierno de Mr. Obama. Well plaid, Oby! Ambos son mucho más peligrosas fuera que dentro y, si todo sale bien, el resto del mundo ganamos administración demócrata por dieciséis años. Dabuten. Serán lo que todos queramos (meapilas, los señores Biden y Obama; wasp la señora Clinton y, de no ser católico, según amable puntualización de anónimo lector, también Mr. Biden; ingenuo al estilo de when the saints go marching in el señor Obama; ex-primera dama la señora Clinton) pero son preferibles a los republicanos de aquí a Lima. Sobre todo a Lima.
(La imagen es una foto de Shaul Hanuka, bajo licencia de Creative Commons).