Los discursos de los dirigentes "centristas" del PP en el XIV Congreso del de madrid, señores Ruiz Gallardón y Rajoy fueron planos, anodinos, neutros, como de quienes quieren pasar el trago cuanto antes. Ambos se sabían en territorio hostil y trataron de mantener un tono gris, con felicitaciones personales a la presidenta del partido y poco más. De ese modo los dos evitaron algún posible episodio desagradable.
El que estuvo fogoso, sin embargo, audaz y agresivo, como corresponde a sus cortos años y más cortas ideas, fue el señor Pablo Casado, secretario general de las Nuevas Generaciones, el frente de juventudes del PP en donde éste, como todos los partidos por lo demás, aparca una temporada a los jóvenes que por su ímpetu y radicalismo, podrían poner en peligro el buen nombre del partido. El tal señor Casado se arrancó llamando carcas a los de izquierdas, razón por la cual, según él, los de izquierdas "no están de moda". Teniendo en cuenta que las expresiones de "carca" y "carcunda" designan personas carlistas y católicas se me hace que el PP ha de tener una congregación de estos sin parangón con ninguna otra colectividad nacional.
Este señor Casado añadió: "Los de izquierdas están todo el día con la guerra del abuelo, con la memoria histórica, con el aborto, la eutanasia y la muerte, cantando la Internacional, que se cantaba cuando había 100 millones de muertos en el siglo pasado", sin duda para dar mayor peso a su idea de que lo fetén, lo moderno hoy día está en el PP. Si tenemos en cuenta que el PP mira hacia el futuro pensando en enlazar con los Reyes Católicos, que su oposición al aborto y a la eutanasia es para regresar a la situación anterior típica, y que tararean una marcha real de hace dos siglos, apreciaremos en lo que vale ese pote implícito del señor Casado de dárselas de avanzado frente a la izquierda, pobre hombre.
Buena marcha sí lleva el pavito en dominar esa práctica de la derecha de sostener que lo viejo es nuevo y lo nuevo, viejo, es decir, en entender que hablar en política es mentir. Según él, claro está. De todas formas, estaba muy mono el petimetre rebelándose contra la "manipulación" de la izquierda: "Ahí tenemos la Ley del aborto y la eutanasia, pero es que también nos manipulan durante la vida, en la Educación, en la Justicia, en los medios de comunicación, en las empresas, hasta en lo que tenemos que comer, acordaos del conejo, de las hamburguesas grandes o pequeñas. Ya está bien". ¿Cómo extrañarse de que mientras sus cachorros decían tales bobadas la señora Aguirre se sintiera como en casa y alzase la voz diciendo "¡Olé, olé y olé!"? Olé, olé y olé, como se dice a los niños cuando aprenden algo.