Aquí nos ha traído el destino, a la incomparable isla de Ibiza, a los exámenes de febrero. Hasta ahora no he tenido tiempo de ver nada porque he estado liado de hoz y coz, mañana y tarde con las pruebas en el centro de la UNED que, por cierto, está magníficamente bien organizado y funciona envidiablemente en lo referente a las pruebas presenciales mediante valija virtual. Una prueba más de que la informática ha sido la revolución que más ha cambiado nuestras vidas. Todavía me acuerdo de cuando, hace más de veinte años, teníamos que salir a examinar por los caminos y senderos de la vieja España casi como si fuéramos Miguel Strogoff.
A partir de hoy tendré algunos momentos libres que pienso aprovechar para explorar este sitio encantador. Por cierto, se admiten sugerencias, ya que es un lugar absolutamente nuevo para mí y lo que más me ha llamado la atención es que la población de la capital casi parece un melting pot. Junto a los ibicencos nativos y baleares en general, hay muchísimos peninsulares, sudamericanos, árabes y subsaharianos, en lo que forma una de las mezclas más abigarradas que he visto. Sorprendente la cantidad de locales dedicados a los más diversos cultos cristianos, que si pentecontalistas, Iglesia de los santos, etc, lo que suele ser muestra inequívoca de densa población latinoamericana. En fin, me parece un lugar estupendo y quizá postee algo más antes de regresar a la península. Algo, quizá, sobre la fascinante vegetación mediterránea. Los almendros en rabiosa flor en los primeros días de febrero son todo un espectáculo.
Por cierto, parece que hoy hay una manifa en Madrid en apoyo del doctor Montes y el resto de víctimas de la arbitrariedad del Gobierno de la Comunidad de Madrid. No podré ir, desde luego, pero me solidarizo de todo corazón con ella y suscribo todas las iniciativas de la plataforma Que me atienda Montes. Es preciso que haya una reacción de la sociedad civil contra estos ultrarreaccionarios dedicados a destruir la sanidad pública en provecho de sus negocios privados o los de sus allegados.
(La imagen es una foto de Xosé Castro, bajo licencia Flickr. Creative Commons).