Hoy se decide casi todo en el proceso de primarias para la nominación de los candidatos de los dos grandes partidos en los EEUU. El supermartes, al que también llaman ya "Tsunami-martes". Por supuesto, si es Vd. uno de esos avispados que dicen que tanto da quien resulte elegido presidente del país más poderoso del mundo porque son todos iguales, es mejor que no siga leyendo, ¿para qué va a perder el tiempo? Esto está escrito para quienes creen que hay una diferencia entre republicanos y demócratas, entre gente como Clinton y gente como Bush, igual que la hay -y mucha- entre el señor Rodríguez Zapatero y el señor Rajoy y, por descontado, entre el señor McCain y el señor Romney. La política es cosa de matices; pero los matices sólo cuentan para quienes tienen capacidad de apreciarlos.
El post tampoco presenta el menor interés para quienes sostienen que los Estados Unidos no son una democracia ad intra (otra cosa, desde luego, es su comportamiento, generalmente odioso, ad extra) y se cargan de razón sosteniendo que los elevados índices de abstención la deslegitiman, con lo que habitualmente muestran que razonan sin información y con prejuicios (si eso puede llamarse "razonar") y perfecto olvido de lo que suelen tener en su propio patio, desde el que acostumbran a dar lecciones de democracia a los demás.
El día de hoy es decisivo porque se eligen los delegados en veinticuatro Estados, entre ellos los que los envían a las respectivas convenciones en mayor cantidad, California y Nueva York. Si se observa en el gráfico que reproduzco (traducido) del Frankfurter Rundschau, se verá que, en efecto, en el día se elige la mitad o más de la mitad de los delegados que cada partido necesita para nominar a un candidato, esto es, 1.193 en el caso de los republicanos (que precisan 1.191 para la nominación) y 2.075 para los demócratas (que imponen 2.025 para lo mismo), lo que quiere decir que, tras el día de hoy no es que la suerte esté echada (puede haber sorpresas de aquí a las convenciones nacionales de los partidos en el verano) pero casi, casi.
En el campo republicano, tras el abandono del fugaz señor Giuliani, et al., la batalla estará entre el señor McCain -un republicano moderado al que los conservadores en su partido miran con suspicacia, una especie de Mr. Gallardón septuagenario- y el señor Romney, el millonario mormón que presume ahora de duro tras haber presumido de todo con anterioridad. El señor McCain (el favorito del New York Times), respaldado por Mr. Giuliani y el gobernador de California, Mr. Schwarzenegger, aspira a ganar en New York y va por delante en las encuestas. Ojalá salga. El señor Romney cree tener seguro el voto del Estado de Utah, donde hay mayoría de mormones, su religión, y en los Estados pequeños en los que el señor McCain no ha podido hacer campaña por falta de fondos. El tercer candidato, el cura Huckabee parece que no tiene muchas posibilidades. Desde el punto de vista de este bloguero, mejor. Los curas no deben meterse en política.
Entre los demócratas la cosa está reñidísima y tiene el mayor interés. Retirado el último wasp, Mr. Edwards, quedan frente a frente la señora Clinton y el señor Obama. Una mujer y un negro. Gane el que gane, habrá un cambio considerable. El New York Times apoya a Mrs. Clinton, pero Mr. Obama está prácticamente empatado con ella. Según los sondeos, la señora tiene casi seguros Nueva York y Massachusetts, mientras que Mr. Obama se impone en Illinois y Georgia y cuenta con una base considerable en Harlem, NY. Mr. Obama parece arrastrar más voto negro que la señora Clinton voto femenino. Pero tiene un handicap considerable en el voto latino, que representa casi el nueve por ciento del total de los EEUU, muy favorable a la señora Clinton. Personalmente no me inclino por ninguno de los dos. Creo que el ideal sería un tándem Clinton/Obama, Obama/Clinton, tanto monta monta tanto. Pero eso parece imposible. En el límite me parece que ganará la señora porque Mr. Obama no arrastra suficiente voto blanco que, al fin y al cabo, es el predominante. En todo caso, no se olvide, los demócratas pueden seguir quedando muy igualados después de hoy ya que en sus primarias los delegados se reparten proporcionalmente, cosa que pasa mucho menos entre los republicanos que recurren en mucha mayor medida al procedimiento mayoritario de "ganador se lo lleva todo".
No me resisto por último a dejar un enlace a un magnífico artículo de Elisabeth Wehling, también en Frankfurter Rundschau, titulado Ja, wir können! y que es un estupendo análisis textual de los dos discursos de la señora Clinton y el señor Obama, siguiendo la teoría del Frame analysis. Por desgracia, está en alemán. En síntesis viene a decir que la consigna de Obama (Yes, we can!) es empática, solidaria, descansa en valores y moviliza, mientras que el de Clinton (Hillary: solutions for America) es frío, tecnocrático y escasamente movilizador. Es un análisis brillante, de esos que a uno le hubiera gustado escribir pero, con todo, creo que ganará la señora Clinton por lo dicho más arriba, aunque quizá con escaso margen por lo también dicho.