Según parece, el PSOE y su Gobierno tienen intención de salir hoy al paso de las mentiras y los ataques con que les obsequiaron los obispos el pasado día treinta en el curso de la manifa a favor del PP (disfrazada de acto eclesial en pro de la familia cristiana) convocada por el arzobispado de Madrid y jaleada a voz en cuello por los medios de la derecha y el Gobierno de la comunidad autónoma madrileña. Ya era hora de que comprendieran lo que hasta Aznar dice haber comprendido: que la política de apaciguamiento con los totalitarios, los integristas, los fanáticos no sirve de nada y es contraproducente pues les da alas permitiéndoles pensar que las concesiones que se les hacen no responden a un afán de diálogo o concordia sino al temor y al acobardamiento. La contemporización con los nacionalcatólicos ha sido el error más garrafal del señor Rodríguez Zapatero y no los dos que reconoció hace unos días ya que esos (la ruptura de la tregua y la llegada del AVE a Barcelona) no lo eran propiamente pues ambos dependían de factores ajenos. El servilismo ante los curas y sus desorbitadas pretensiones, en cambio, no fue un error sino una dejación, un abandono de los principios laicos, una traición al "no nos falles" con que se coreó la llegada del señor Rodríguez Zapatero a La Moncloa. Dicen los mentideros de la Villa que la principal defensora de esa abyecta política de concesiones al nacionalcatolicismo ha sido la señora Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno. Pues con todo lo bien que me cae dicha señora, si eso es cierto, entiendo debiera hacer pública confesión de arrepentimiento y prometer que nunca más volverá a ponerse ridículamente meliflua con clérigo alguno.
Puede parecer exagerado que se hable de totalitarismo en relación con la iglesia católica española. No hay tal. Los dirigentes obispales, con Monseñor Rouco Varela a la cabeza, son una wild bunch de teócratas que aspiran a que España vuelva a ser reserva de la cristiandad, martillo de herejes, azote de gays y lesbianas, némesis de los abortadores. Creen estos ultramontanos retardatarios que van por buen camino, a imagen y semejanza de la revolución de los neocons estadounidenses, que son en parte "teocons" y en parte "leocons", en reconocimiento de la influencia que Leo Strauss ejerció sobre muchos de ellos. (Sobre el ascenso de las nuevas formas de fascismo cristiano en los EEUU puede verse el post siguiente).
Es ya hora de que alguien con autoridad diga a los obispos que "no se metan en política" (como hacían cuando Franco, al que llevaban bajo palio), menos a favor de un partido, el PP, y menos aun en periodo preelectoral. Esas prácticas, al estilo de Divorcio a la italiana y aunque ellos mismos no lo crean, aparte de moralmente detestables son pragmáticamente desastrosas pues enemistan a muchos electores, en especial entre los cristianos
En el ínterin, representantes de las familias orilladas, ninguneadas, criminalizadas en el acto de exaltación a la cristiana se han puesto de acuerdo para salir en defensa de las familias homosexuales o monoparentales, de hecho o como sea y han puesto en marcha una especie de movimiento en la red llamado Por la diversidad familiar y en sólo cuatro o cinco días, ya cuentan con medio centenar de blogs de apoyo, entre ellos éste. Habrá quien piense que es mucho, pero no lo es cuando se recuerda que, según Technorati hay más de cien millones de blogs en el mundo.
Aprovecho la ocasión para traer el video de la campaña por la diversidad familiar, que me parece bien aunque un poco ñoño, peligro éste frecuente en la izquierda. Y para recordar que, además de acceder a la página güeb de la iniciativa pinchando en el banner de la derecha (jobá con el lenguaje blogosférico), donde quien quiera puede agregar su blog, es posible firmar onlain; toma ya. Es preciso meter en el tarugo de estos integristas católicos españoles que los homosexuales, los transexuales, etc tienen los mismos derechos que ellos porque son algo diferente, distinto, y no una degeneración de ellos. No parecen entenderlo y mira que es sencillo a nada que se reflexione que se puede ser, por ejemplo, maltratador de género y heterosexual u homosexual indistintamente. Pero, salvo los casos excepcionales de los hermafroditas y bisexuales, no se puede ser homo y heterosexual al mismo tiempo. El homosexual no es una condición errónea del heterosexual, sino que es un ser distinto. Caramba, no es tan difícil de comprender; hagan un efuerzo en pro de la convivencia.