Por más que he leído dos veces (es breve, por fortuna) y con suma atención el comunicado de prensa del PSOE en respuesta a las mentiras, infundios y agresiones que profirieron los obispos en en el acto político pro PP que organizó el arzobispado de Madrid el sábado pasado, no he acertado a ver qué sea lo que hay en él que pueda calificarse de "absolutamente desmesurado y radical", como asegura el señor Astarloa y me gustaría que el citado señor, en lugar de suponer que su fogoso verbo deba aceptarse como verdad sin más, tuviera la gentileza de señalar en qué párrafos o expresiones del comunicado se traslucen desmesura o radicalismo algunos. No es difícil pues ya he señalado que el texto es breve y es seguro que hasta el señor Astarloa podrá leerlo y probar la exactitud de lo que dice. De no hacerlo quedará como un mendaz demagogo, cosa que ya se echa de ver en ese típico empleo del adverbio "absolutamente", al que suele recurrir este tipo de personas pensando que así dan más crédito a sus palabras cuando lo que hacen es quitárselo.
El texto del PSOE no sólo no es desmesurado ni radical, sino que es excesivamente moderado a mi parecer (aunque menos da una piedra) pues se limita a recordar a los curas que en España nos regimos por la Constitución y no por la ley de Moisés ni por los Evangelios. Bueno, por los Evangelios tampoco se rigen los curas. Basta con saber lo que se dice todos los días por la COPE. Aunque ahora entiendo (qué bueno es esto de escribir y cómo aclara las ideas) qué hay de desmesurado y radical en el comunicado del PSOE a ojos del señor Astarloa: la referencia a la Constitución. ¿Cómo no me habré dado cuenta antes?
Y no es el señor Astarloa el único absolutamente que ha salido a laminar al PSOE. Según el señor Jorge Fernández, secretario general del grupo popular en el Congreso, el PSOE muestra un anticlericalismo absolutamente decimonónico y casposo. Además del "absolutamente", don Jorge echa mano del socorrido "anticlericalismo décimonónico", una de esas expresiones que prueban hasta qué punto chupan rueda los carcas del lenguaje del progresismo tradicional. Porque, si el anticlericalismo es "décimonónico", el clericalismo que respiraba la concentración de curas, monjas, beatos y meapilas del sábado ¿qué es? ¿el siglo XXII? Apañados estamos.
Por último, un tercer Demóstenes de la derecha, el señor Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia, ha acusado al PSOE de tener un ego totalitarista, lo que es maravilloso. Totalitarios no son los que quieren imponer un único modelo de familia, obligar a los demás a aceptarlo o quedarse sin derechos, sino quienes amparan los derechos de individuos diferentes, protegiéndolos jurídicamente en su diferencia frente a gentes como el señor don Benigno Blanco.
Es obvio que la Iglesia católica española ha entrado en campaña electoral y que lo ha hecho a favor del PP, partido que ha salido en su defensa y en su mismo estilo, esto es, faltando de frente a la verdad, injuriando, insultando y tergiversando los hechos.
Lean, lean el comunicado del PSOE y digan qué hay ahí de desmesurado, radical, anticlerical, décimonónico, casposo o totalitario. Quienes dicen tamañas insensateces, ¿en qué mundo creen que viven?
(Innecesario decir que la imagen es el famoso lienzo de Goya, "la familia de Carlos IV", que se halla en el Museo de El Prado. Una típica familia "tradicional", por cierto.)