diumenge, 25 de novembre del 2007

¿Rebelión cívica?

Celebróse la manifa del señor Alcaraz en nombre de la AVT o de la AVT en nombre del señor Alcaraz; coreáronse las consignas habituales contra toda negociación; insultóse a modo al señor Rodríguez Zapatero... y entablóse la correspondiente guerra de cifras.

La Comunidad de Madrid calculó una asistencia de 550.000 personas

La Delegación del Gobierno calculó 76.875.

El Manifestómetro cifró la asistencia en 61.800 personas, que ya son muchas.

Habitualmente la Delegación del Gobierno y los del Manifestómetro dan razón de sus cifras; la Comunidad de Madrid, si no me equivoco, no lo hace. Es lógico ya que resulta imposible dar razón de la fantasía, y una fantasía desbordante porque sólo teniendo la de las mil y una noches se puede meter a medio millón de personas en la plaza de Colón. Desde el punto de vista de la asistencia la cosa estuvo chunga; chunga y rala. Los convocantes no consiguieron justificar por qué convocaban, dado que la verdadera razón (presionar a la justicia, que tiene citado al señor Alcaraz como imputado en delito de injurias) no se podía exponer claramente. Sí ha quedado claro el para qué de la manifa. En primer lugar, para pedir al Parlamento la revocación de

"la indigna resolución que permite negociar al Gobierno con los asesinos y que tutela Rodríguez Zapatero, siendo esta resolución la mayor esperanza de ETA."
En segundo lugar, para invocar y afianzar la idea de la rebelión cívica, que coincide con el título del libro que el señor Alcaraz acaba de publicar. Algún malpensado podrá decir que el señor Alcaraz estaba en campaña de dar a conocer su libro que, junto al de la esposa del juez Gómez Bermúdez, puede ser el regalo más cool de estas Navidades.

61.800 personas no son muchas para poner en marcha una rebelión cívica, aunque también pueden ser más que suficientes. Depende de cuál sea el contenido de esa rebelión. Por eso, ¿cuál es el contenido de la que propugna el señor Alcaraz? Según parece, que la nación, a través de sus representación parlamentaria, supongo, declare que jamás, bajo ninguna circunstancia, habrá negociación alguna con ETA. Eso no puede (ni debe) imponerse mediante manifas sino que ha de hacerse -si ha de hacerse- por los procedimientos establecidos y que son bien sencillos: un partido incluye en su programa electoral esta decisión: no a negociación alguna con ETA. Y a ver cuántos votos obtiene. Los demás partidos que propugnen lo que estimen pertinente en el entendimiento de que sólo saldrá adelante si lleva la mayoría de los votos.

El señor Alcaraz lo formula del modo siguiente:

"El 22 de enero del 2005 nació el instrumento ciudadano más eficaz de nuestra historia para derrotar a ETA, la REBELIÓN CÍVICA.

Este instrumento goza de una gran fortaleza porque está sustentado por la mayoría de los españoles de bien. Y esta Rebelión Cívica es invulnerable a cualquier interés partidista.

La Rebelión Cívica ha tutelado y tutelará cualquier iniciativa que permita dar esperanza a ETA.

La Rebelión Cívica nos ha devuelto la esperanza a todos los españoles.

La Rebelión Cívica se mantendrá imparable hasta la derrota de ETA.

Y este es el mensaje que lanzamos hoy a ETA o a cualquier organización terrorista, que sepan que ya no se enfrentan tan sólo a un Gobierno, se enfrentan a España.”

Me inclino por la hipótesis de la campaña de promoción de su libro. Porque, de otro modo, habrá que tomarse en serio lo que dice: que está en rebelión, delito penado en los arts., 472, 473, etc del Código Penal. Y que los jueces determinen si el añadido de cívica resta en algo o incluso anula la comisión del delito. Cívica quiere decir moral, sin efectos prácticos. Es posible pero el hecho es que la exigencia de los manifestantes ayer, de la AVT y del propio señor Alcaraz equivale a
Disolver las Cortes Generales (o) arrancarles alguna resolución.... (472, 4 del CP).
por no decir que igualmente supone
Sustituir por otro el Gobierno de la Nación o el Consejo de Gobierno de una Comunidad Autónoma (...) u obligar a cualquiera de ellos a ejecutar actos contrarios a su voluntad.(472, 6 del CP).
Téngase en cuenta que es el propio señor Alcaraz el que dice encontrarse en estado de rebelión para conseguir estos objetivos y que esto ha de hacerse mediante un "instrumento" que no son las elecciones ordinarias, según parece, sino la presión pancartera, callejera, jaranera y alborotadora, la peculiar kale borroka de la derecha, insultante y amenazadora en condiciones de normalidad y asesina apenas se radicaliza un poco.

Lo más divertido del texto alcazarino es eso de que la "Rebelión cívica" es invulnerable a cualquier interés partidista. La mendacidad de este enunciado es notoria cuando se ve que la organización es uña y carne con el PP que trata de ganar las próximas elecciones cabalgando sobre el tigre del patriotismo y el nacionalismo de extrema derecha.

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