El canal de Isabel II, no la Fundación del canal, que está en Mateo Inurria, sino esos preciosos edificios entre árboles con un parque e instalaciones deportivas que tiene en Santa Engracia alberga una exposición sobre la fotografía en el siglo XX. Más o menos un tercio de la exposición; los dos tercios restantes se exhiben en el Círculo de Bellas Artes. Es una selección de los mejores fotógrafos del siglo XX en todos los países.
La fotografía es el arte del siglo XX. Se dice que en realidad es el cine, pero el cine no es sino fotografía en movimiento. En el siglo pasado la fotografía se liberó de la tutela de la pintura y empezó a navegar por su cuenta, para generar sus momentos y etapas, que si fotografía realista, que si simbolista, objetiva, subjetiva, narrativa, fotoperiodismo, etc.
Es grato contemplar trabajos de gente que luchó por convertir la fotografía en un arte por derecho propio, como Alfred Stieglitz o de quien, como W. Eugene Smith convierte la fotografía en la columna vertebral de un relato.
La fotografía ha sido el ojo de la Humanidad. Y sigue siéndolo. Lo que sucede es que ahora la cantidad de formato de imágenes se ha multiplicado y la fotografía es sólo una de ellas. Todo el mundo conoce la foto de los GIs enarbolando la bandera de las barras y estrellas en Iwo Jima. Algunos de los fotógrafos expuestos han fabricado iconos del tiempo, como los retratos femeninos de Helmut Newton. Otros, en cambio, han actuado como revulsivos de esos mismos iconos de la época, como agentes de provocación contra las estéticas edulcoradas, cual es el caso de Robert Mapplethorpe.
Con todo, aunque la fotografía luchara por independizarse, pertenece al territorio de la imagen y sigue teniendo relaciones privilegiadas con la pintura. Recuérdese que el viejo Stieglitz estuvo casado con Georgia O'Keefe, la de las coloridas flores, camelias, calas, petunias, y plantas tropicales. Además, algunos pintores, eran fotógrafos, como René Magritte, mientras que algunos fotógrafos eran pintores, como Man Ray, de quien se exhibe, entre otras cosas, su famoso Cadeau, esa plancha con púas de la derecha que espero no vea el señor Aznar para que no le dé un yuyu, que es lo que da a los señores del Valladolid imperial. Y no solo con la pintura; quiera o no, la fotografía está vinculada a todas las artes. La exposición contiene diversos trabajos de fotógrafos de la Bauhaus, o sea, fotografía "de diseño", con un par de trabajos interesantísimos de Laszlo Moholy-Nagy.
Por haber hay hasta fotografía dadaísta. En realidad, el descubrimiento Dada por excelencia es el fotomontaje que no es otra cosa que una fotografía de fotografías, una descomposición/recomposición de la realidad. Esa naturaleza del fotomontaje lo convierte en una forma de expresión muy política. Aquí se exponen obras de los mejores autores de fotomontajes, en el momento de su máximo esplendor, como Hanah Hoch, Josep Renau y John Heartfield (aquel alemán que en realidad se llamaba Herzfeld, pero que "anglificó" su apellido). Ese fotomontaje de Hitler en los años treinta, a la izquierda, que se titulaba algo así como "la verdadera razón del nacionalsocialismo", fue revolucionario en su tiempo.
Especialmente grato me resultó toparme con tres fotografías de Leni Riefenstahl. Ya es un triunfo que alguien exponga algo del trabajo de esta genio del cine y la fotografía, sometida al ostracismo y ninguneada por todos los circuitos artísticos institucionales y privados desde 1945 hasta el año de su muerte, ya centenaria, en 2003. Riefenstahl fue la directora de cine preferida de Adolf Hitler y nazi ella misma y tal fue la causa de que no pudiera volver a filmar jamás, sus películas (alguna extraordinaria) no se proyectaran y ella consiguiera apenas sobrevivir haciendo reportajes fotográficos de tribus africanas primero (los Nuba) y fondos marinos después que alcanzaban grandes éxitos. Las fotos están sacadas de su peli Olympia, una glorificación de la raza aria que entronca con la antigua Grecia a través de los juegos olímpicos. Riefenstahl es un caso típico de lo difíciles que son las relaciones entre la política y el arte, como lo fueron Pound, Woodehouse, Shostakovich, Maiakovsky, Jünger, etc.
La exposición dura hasta el dieciocho de noviembre y es un repaso de lo más significativo de la fotografía del siglo XX. Además, las instalaciones del Canal ya son dignas de verse y el material se exhibe en una torre reconvertida en sala de exposiciones en sus tres pisos circulares. Muy original.
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