Los datos del sondeo de julio del CIS posterior al debate sobre el estado de la Nación son muy gratificantes para el señor Rodríguez Zapatero. Los españoles le dan un aprobadillo (5,01), pero lo ponen por delante del señor Rajoy (3,81) que ocupa un sonrojante cuarto puesto, detrás de los señores Llamazares (4,24) y Durán i Lleida (3,94). Por cierto esa buena puntuación del dirigente de IU no parece vaya a librarlo de la oposición que suscita entre los dirigentes de su propio partido, el PCE. Para una vez que los comunistas tienen un dirigente bien valorado, quieren cargárselo porque dicen que contemporiza mucho con el Gobierno. Sin embargo, tiene una expectativa de voto de 5,9%, un punto más de lo que obtuvo en 2004. No quiero ni pensar qué sacará IU si lleva un candidato como, digamos, don Francisco Frutos.
En todo caso, las diferencias entre los señores Rodríguez Zapatero y Rajoy son llamativas. El primero suscita menos rechazo que el segundo; un 54,4% confía poco o nada en él, mientras que ese porcentaje se eleva al 74,6% en el caso del señor Rajoy. Sólo un 24,5% de los ciudadanos cree que la gestión del Gobierno haya sido "mala" o "muy mala", mientras que el 49,8% piensa que así ha sido la labor de la oposición. Y no cabe olvidar que hacer oposición es siempre más fácil que gobernar, porque no hay que ir pisando callos.
Con estos resultados, las elecciones están cantadas. Supongo que el señor Rajoy tiene la esperanza de "dar la vuelta a las encuestas" en el tiempo que reste hasta las elecciones, pero veo difícil que lo consiga reiterando el discurso que ha hecho hasta aquí y que le ha granjeado las calificaciones que se han visto. Parece que sea su intención, sin duda en aplicación de la doctrina del señor Fraga de que "el que resiste, gana". El señor Zaplana cerraba ayer el "curso" político dejando constancia de que su balance, inexplicablemente, es muy bueno y sosteniendo que, con unos datos del CIS como los de este barómetro de julio, ganaron las pasadas elecciones autonómicas y municipales. Pues nada, que los manes de Augusto los acompañen en el solaz veraniego pues, si ganan las elecciones generales como han ganado las municipales/autonómicas, no van a necesitar oposición porque serán ellos. La fe sin duda mueve montañas, pero no sirve para ganar elecciones.