divendres, 18 de maig del 2007

La vida privada del señor Gallardón.

Ya estamos con el sempiterno tema. ¿Tienen vida privada lxs políticxs? Sí. ¿Tienen derecho a que se les respete? Sí. ¿Hasta dónde? Ahí está la cuestión. La vida privada de lxs políticxs no puede ser como la de lxs ciudadanxs por razones que no hace falta explicar. En lxs políticxs puede darse una colusión entre intereses privados e intereses públicos que quizá afecta a los de lxs ciudadanxs y, en consecuencia, asiste a estxs un derecho a saber. Cuando tal cosa se produce o existe la sospecha de que esté produciéndose, la vida privada de lxs políticxs debe hacerse pública.

No me cae bien el señor Sebastián, me parece una especie de paracaidista puesto ahí por decisión personalísima del señor Rodríguez Zapatero y eso en mi opinión no es de recibo. Creo, además, que no es rival para el señor Ruiz Gallardón y que éste va a revalidar su mayoría absoluta al tener enfrente a este candidato, recién aterrizado en Madrid. Pero ha planteado una cuestión que el señor Ruiz Gallardón tiene que contestar y tiene que hacerlo con claridad meridiana. Refugiarse en una calderoniana dignidad ofendida y poner al coro del PP a escenificar el honor herido con el señor Rajoy a la cabeza de plañidero mayor, no aclara nada y, al contrario, hace más densas las sospechas.

El señor Ruiz Gallardón es muy libre de tener la relaciones que quiera o pueda con la señora Corulla. Pero tratándose de una persona imputada en un proceso penal por corrupción inmobiliaria en Marbella y que ha realizado operaciones también inmobiliarias con el Ayuntamiento de Madrid, del que es regidor el señor Gallardón, éste debe despejar cualquier duda respecto a este asunto.

Lo que hicieron ayer la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, señora Martínez y el vicealcalde, Manuel Cobo, no aclaró nada y lo que no se acalara en estos casos, se oscurece. Decir que el alcalde no ha participado en la gestión de los asuntos de urbanismo de Madrid y que eso despeja la duda sobre el posible trato de favor dado a su amiga no es decir nada. Lo que hay que explicar es si la amiga del señor Alcalde tuvo o no trato de favor, si los intereses inmobiliarios que representa y gestiona fueron favorecidos o no por el Ayuntamiento de Madrid y, de eso, los dos ediles no dijeron ni pío, cuando es el núcleo del asunto.

Es obvio que el señor Wolfowitz (a quien espero que hayan puesto ya de patas en la calle en el Banco Mundial) no metió directamente el dinero en el bolsillo de su novia; pero también lo es que si ésta obtuvo el aumento ilegal fue por ser su novia. Aquí puede ser igual.

¿Queda claro? El señor Ruiz Gallardón puede tener las relaciones que quiera con quien quiera y nadie tiene derecho a meter sus narices en ello. Pero si una de las relaciones del señor Ruiz Gallardón resultara indebidamente beneficiada por el ayuntamiento que el señor Ruiz Gallardón preside, eso ya no sería vida privada alguna sino un fraude que habría que aclarar de modo completo, vida privada o no vida privada.

Mientras eso no se produzca, por muy poco simpático que me caiga el señor Sebastián, ha hecho una pregunta pertinente y nadie le ha contestado; le han criticado, insultado y marginado; pero no le han contestado. La señora Corulla ¿recibió o no recibió trato de favor del Ayuntamiento de Madrid?