Ayer decía que hablaría del voto de confianza que, a mi modesto entender, deberá pedir el señor Rodríguez Zapatero para su nueva política sobre el conflicto del País Vasco. Percatándose de que pedir una moción de censura en las circunstancias actuales es una majadería, los ultras que aconsejan al PP, creen que les beneficia que el Gobierno plantee la cuestión de confianza del art. 112 CE. Adelante. En términos formales, el Gobierno la gana con la mayoría simple. Ahora, la divertida cuestión es la siguiente: si, como es de esperar, el PP vota en contra, serán 148 "noes"; si, como también es de esperar, el PSOE vota a favor, serán 164 "síes". Restan los 38 votos de los grupos menores (CiU,ERC,PNV,IU,CC, BNG, CHA, EA, Na-Bai) que, para facilitarnos las cosas, vamos a suponer que votan de modo unánime. Si se abstienen, el Gobierno gana la cuestión de confianza. Si votan a favor del Gobierno, la gana por goleada. Si votan con el PP (o se fraccionan y parte se abstiene y parte suficiente vota con el PP) el Gobierno pierde. Ahora una pregunta: ¿alguien cree que alguno de esos grupos vaya a votar con el PP? La conclusión es obvia.
Punto de vista de contenido: cuestión de confianza ¿para qué? Primero, para que el señor Zapatero cumpla su promesa de explicarse en sede parlamentaria porque, en democracia, el eje de la vida política es el Parlamento, no la calle.
Lo anterior no obsta para que exijamos la corrección de la política penitenciaria en relación con los presos de ETA y la excarcelación del señor De Juana Chaos, injustamente condenado en un juicio evidentemente político, y rehén de un Estado que, al cometer estas arbitrariedades, no nos representa; cuando menos, a mí.