dissabte, 3 de gener del 2009

Es genocidio.

(Dedicado al cooperante español Alberto Arce y sus compañeros del movimiento Free Gaza que han decidido quedarse en Gaza en espera de la invasión israelí con el fin de ser testigos de los crímenes contra la población palestina. Es un acto heroico que algo compensa de la ignominia en que estamos todos inmersos).


Por menos de la décima parte de lo que Israel está haciendo y lleva hecho en Palestina desde 1967 hay gente respondiendo ante el Tribunal Penal Internacional acusada de crímenes de guerra y genocidio.

Si lo que Israel está haciendo en Palestina y hoy mismo en Gaza puede calificarse de genocidio o no se aclara repasando la definición de este delito del artículo II de la Convención de las Naciones Unidas para la prevención y la sanción del delito de genocidio de 1946, según el cual es genocidio "cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpretados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

a) matanza de miembros del grupo;

b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;

d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;

e) traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo."

Un sucinto repaso a los elementos de la definición hace ver que Israel cumple casi todos los requisitos en al caso de Gaza; lleva años cumpliéndolos en toda Palestina y fuera de Palestina, en los campos de Sabra y Chatila, en Cisjordania, en todos los territorios ocupados, desde luego en Gaza. Y lo hace contando con la indiferencia de la llamada Comunidad Internacional y la ayuda activa de alguno de sus miembros, especialmente los Estados Unidos.

Lo cual nos convierte a los occidentales en cómplices de este brutal, permanente, sistemático crimen contra la humanidad.

Las razones que esgrimen los israelíes y quienes los apoyan en Occidente, en la izquierda y en la derecha, políticos, magnates, empresarios, financieros, periodistas, intelectuales, clérigos, artistas científicos, etc no resisten un examen crítico. Hamás ganó limpiamente las elecciones parlamentarias de enero de 2006 pero Israel y los EEUU se negaron a reconocer el resultado y los primeros procedieron al bloqueo de Gaza contra toda razón, llegando incluso a retener los fondos de la correspondiente agencia de la ONU que canalizaban y por lo tanto no eran suyos. Tras la guerra civil de 2007 Gaza se separó de la Autoridad Nacional Palestina y quedó bajo dominio de Hamás, que está en la lista de "organizaciones terroristas" de los Estados Unidos, la Unión Europea y otros países. Se justificaba así un endurecimiento del bloqueo de la zona en que vive un millón y medio de personas en condiciones similares a las de un campo de concentración. La reacción de Hamás a esa situación desesperada de estrangulamiento, esto es, el lanzamiento de cohetes caseros sobre el sur de Israel ha dado pie al Estado judío para desencadenar la ofensiva actual, la enésima, contra Gaza, otra más en la tarea final de exterminar a los palestinos, aniquilarlos, expulsarlos de sus tierras.

Pero este debate es insulso e inútil. Aunque los israelíes tuvieran razones para proceder como lo hacen las pierden a la vista de la desproporción del castigo que infligen sobre la población civil inerme. Porque cuando un Estado pertrechado con las armas más mortales y destructivas machaca por vía aérea y se apresta a invadir con carros de combate un territorio habitado por gentes que no pueden responder más que con armamento ligero y piedras, que no pueden defenderse de los ataques aéreos y que ni siquiera pueden curar a sus heridos, se ha quedado sin una sola razón válida para semejante crimen, aunque las tuviera todas, que no es el caso.

¿Y los demás? ¿Cómo toleramos este genocidio a pleno sol? Porque tenemos miedo a que nos acusen de antisemitas si señalamos que los judíos están comportándose con los palestinos como los nazis hicieron con ellos, si decimos que los dirigentes israelíes son fascistas o que los militares judíos están haciendo en Gaza lo mismo que hizo el general nazi Jürgen Stroop con el ghetto de Varsovia. Tenemos miedo a que nos acusen de defender a terroristas, siendo así que los verdaderos terroristas aquí son quienes acusan de terrorismo a los demás. Tenemos miedo a que nos digan que defendemos las autocracias árabes frente a la democracia israelí; a que nos digan que negamos el derecho del pueblo a israelí a defenderse.

Todo eso son patrañas. Ni democracia ni derecho a defenderse ni nada: Israel es un Estado criminal que, en permanente violación de una serie de resoluciones de la Asamblea General de la ONU y de las convenciones de Ginebra, pretende exterminar a un grupo étnico y eso nos obliga moralmente a los occidentales a intervenir e impedir por la fuerza que este genocidio se consume. El no hacerlo es una muestra de cobardía y nos convierte en cómplices de esta barbarie.

Esta última agresión de exterminio en Gaza, fríamente calculada, tiene una faceta política doble. De un lado los principales dirigentes israelíes que se presentan a las próximas elecciones legislativas el 10 de febrero (Benjamin Netanyahu, del Likud, Tzipi Livni de Kadima y Ehud Barack, del Partido Laborista) rivalizan en agresividad en busca de un voto tinto en sangre palestina; cuanta más sangre, mejor. De otro lado todos ellos están de acuerdo en aprovechar los últimos días de su cómplice Mr. Bush en la Casa Blanca y el consiguiente vacío de poder en los EEUU para enfrentar al señor Obama con un hecho consumado, en la más pura tradición nazi, de forma que cuando el presidente electo tome posesión, la barbarie esté ya cometida. Pocas esperanzas permite albergar el hecho de que Mr. Obama aún no haya encontrado tiempo para pronunciarse sobre la masacre de Gaza. Es la habilidad israelí para convertirnos a todos en cómplices.

Y no solamente cómplices. Israel es un cáncer que está destruyendo los fundamentos mismos de la legitimidad moral occidental. ¿Cómo podemos presumir de derechos humanos, de respeto a la dignidad de la persona, a la vida, cuando hacemos la vista gorda ante lo que está pasando en Gaza? ¿Cómo podemos tolerar que se hable de "daños colaterales" cuando se bombardea día y noche un territorio indefenso con una densidad de más de cuatro mil personas por kilómetro cuadrado? ¿Cómo presumimos de campeones de la libertad cuando en nuestro nombre hay millón y medio de personas viviendo en práctico cautiverio y condiciones de inhumanas de abandono, humillación y miseria desde hace cincuenta años?

Gaza, el genocidio de Gaza, es la vergüenza del mundo occidental y la prueba de qué monstruosos crímenes se cometen en nombre de nuestros ideales. Y el territorio y sus castigadas gentes no pueden esperar nada de entidad oficial alguna, sea gobierno occidental o musulmán, organización internacional, asociación de partidos etc. La única esperanza de los palestinos reside en que los pueblos del mundo nos movilicemos al máximo para exigir a nuestras autoridades en primer lugar que se detenga la masacre de Gaza y en segundo que se obligue por la fuerza al Estado terrorista israelí a respetar las Convenciones de Ginebra, las resoluciones de la ONU, a retornar a las fronteras de 1967 y a abandonar sus planes de exterminio, de limpieza étnica, de genocidio en Palestina.

Hoy hay una manifa convocada contra la matanza en Gaza a las 11: 00 de la mañana ante el Ministerio español de Asuntos Exteriores en Madrid. Para ver la convocatoria en otras ciudades españolas y otros días, pínchese aquí.

Firman la convocatoria:

Asociación de la comunidad Hispano-Palestina "Jerusalén", CCOO, UGT, IU, Red Solidaria contra la ocupación de Palestina, Red de Jóvenes Palestinos, PCE, ASGCG, Izquierda Anticapitalista, Vía Democrática, PCPE, SodePaz, Asociación Haydée Santamaría, Paz con Dignidad, REMCODE, Corriente Roja, USO, Comité de Solidaridad Causa Árabe, Foro Social de Madrid, Iniciativa Comunista, Asociación Paz Ahora, Asociación de periodistas y escritores árabes en España, Fundación Araguaney.

No veo al PSOE.

(La imagen es una foto de jesuscm, bajo licencia de Creative Commons).