El Estado gusta de ceremonias para exhibir sus poderes. El año judicial, la ofrenda al Apóstol, la Pascua Militar. Máximo boato con la presencia del rey quien, confundiendo el tema del festejo, se ha dedicado a ensalzar la Constitución como símbolo de unidad en la diversidad.
El discuro del Estado se hace cíclico con unas declaraciones de la ministra de Defensa en el mismo acto, recordando que el ejército es el garante del orden constitucional. No hay duda, la Constitución símbolo de la unidad, etc., está garantizada por el ejército. En resumen: la unidad de España está garantizada por el ejército. Mensaje emitido.
Suena el eco de otra ministra de Defensa, Cospedal, del PP, quien también declaró que el ejército estaba dispuesto a defender a España. Esta no hablaba de la Constitución, a la que no tiene en especial estima. Pero las dos quieren decir lo mismo y se prueba que hay una continuidad en los gobiernos del país en confiar su unidad al ajército. Una unidad de imagen del Estado compartida por derecha e izquierda..
Y no es algo nuevo. Eso de "garantizar el orden constitucional" es lo que hace el ejército desde siempre. Defender el orden constitucional: el suyo, el que lleva imponiendo más de doscientos años. Unas veces de forma descarada a traves de dictadauras militares y otras mediante encargados civiles que defienden sus privilegios.
Porque eso de estar al cargo del orden constitucional, así, sin especificar, es un privilegio y, como todo privilegio, inmerecido. A fuer de progre, la ministra Robles debe de tener a orgullo que el ejército sea garante del orden constitucional subrayando así que es un ejército democrático, "constitucional" ya no golpista, como el de los generales Armada y Milans del Bosch. España ya no es un Estado militarista.
Sin embargo, es el militarismo el que dicta las palabras de la ministra. En puridad de doctrina democrática (ya no digamos socialista), el ejército no puede tener más función que la defensiva ni ser garante de nada más que de la seguridad exterior. En el interior no puede tener otra función que la de un cuerpo de funcionarios armados. El orden constitucional depende de la voluntad soberana del pueblo. Es este quien lo garantiza, y el que determina la función del ejército, incluso su misma existencia. La función del ejército, señora ministra, no es garantizar el orden constitucional, sino acatarlo, como todo el mundo.
¿No ven cómo son dos poderes? Al día siguiente de que el conseller Puig aparezca en Perpignan en carne mortal, el presidente Torra hace de contrapunto a la Pascua militar española afirmando que el ejército jamás será garante de la Constitución republicana de Catalunya.
Por supuesto, presidente. Y aún hay que debatir si la República Catalana, nacida de la no-violencia, debe tener un ejército.