Días enteros en camino. Sobre todo estos, los del aniversario más importante de Catalunya en mucho tiempo. "Les actes de l'1ctubre't" dice el cartel de Anglés y "La determinació d'un poble", el de Lloret de Mar en la plaça Pere Torrent. Los dos son complementarios. El 1-O es ya de hecho la fecha fundacional de la República y lo es por la determinación de un pueblo.
El día de hoy es simbólico y decisivo. Según mis noticias, se ha modificado el itinerario de la manifestación de los policías españoles, dado que plaza de Sant Jaume estará plena de gom a gom. Lo suyo hubiera sido prohibirla puesto que es obviamente un acto político que trata de provocar tumultos y violencia en Barcelona. Razón más que suficiente para impedirla.
En el fondo, da igual. La provocación ha puesto en marcha el mecanismo de defensa de la República. La renovación del mandato al govern es evidente y rotunda: ir a la independencia y la República. La chispa que hace unos días pedía Quim Torra para incendiar la pradera catalana ha prendido. El pueblo está de pie y desobedeciendo.
Ahora solo falta que las autoridades señalen los pasos y medidas siguientes. Pero no con ánimo de dirigirlo. El movimiento ha probado fehacientemente que se dirige, se orienta solo, organizándose incluso para defenderse de la violencia estatal. Si necesita las autoridades es para articularse y coordinarse a través de los medios materiales que estas poseen y deben estar al servicio del pueblo. Y mientras la unidad y transversalidad se mantengan con un objetivo común y un compromiso de hacerlo eficaz en el menor tiempo posibles será imparable.
Nos vemos en Anglés o Lloret.