Ayer, intervención de Palinuro desde Madrid en el magnífico espacio de Tarda Oberta, de TV3. Quedó muy bien. Felicidades a los dos presentadores que lo hacen de cine. Mil disculpas porque llegué muy tarde pues me pilló un atasco monstruoso en la M-30.
Las cuestiones tratadas, de relevancia. La televisión como vía d einformación y debate de interés. La televisión como servicio público, algo que las cadenas españolas, todas a las órdenes del gobierno, ni huelen. Justo ayer, cuando en uno de esas basuras que llaman programas una señora, famosa por todo lo que hay de detestable en la naturaleza humana, exhibía el contenido de unos whatsaps -o algo similar- íntimos, privados de Puigdemont a un amigo obtenidos con técnicas de paparazzo. Lo importante de las diferencias es que queden claras.
Toda la represión, todas las cárceles, todo el odio del Estado español y sus engolados servidores no sirve de nada contra el movimiento independentista catalán. "Rebelión, sedición, malversación", silabean lívidos de rabia unos togados que se creen seguros porque son seguidores de Trasímaco, el que decía que el derecho es la ley del más fuerte.