Hace un par de días, Joan B. Culla publicaba un interesante artículo titulado Barruts y farsants, algo así como "desvergonzados y farsantes" en el que se refiere a esos intelectuales nacionalistas españoles, con acceso a los más importantes medios de comunicación en los que publican artículos arrogantes, dogmáticos, irrespetuosos, incluso insultantes con quienes no coinciden con ellos. Lo que más criticable le parece a Culla es que estos intelectuales tengan intensos compromisos partidistas, pero no suelan hacerlos explícitos y, por el contrario, pretendan estar argumentando desde una posición de falsa objetividad, cual si sus argumentos de partido fueran la conclusión de sus imparciales observaciones como estudiosos, lo que, en opinión de Culla, es un impostura.
El autor se refiere a dos conocidos intelectuales, el jurista Francesc de Carreras y el filósofo Fernando Savater, los dos con acceso frecuente a El País, en el que suelen publicar sus artículos sobre cuestiones muy controvertidas de la actulidad política y generalmente sin hacer referencia a sus respectivos vínculos partidistas. Cuando menos en el caso de Francesc de Carreras porque de Savater es bastante más conocido que es el intelectual orgánico de UPD y que se ha presentado como candidato al Senado y al Congreso por ese partido. En el caso de De Carreras, su estrecha vinculación con el partido Ciudadanos es menos conocida pero no menos intensa. Es uno de sus fundadores y más fieles apoyos desde el año 2007. Sin embargo, en ningún momento advierte De Carreras al lector sobre este extremo, cosa que Culla considera tramposa.
Curiosamente, ayer mismo aparecía un artículo del citado De Carreras en El País titulado La singularidad catalana en el que equipara a Artur Mas con Hitler. No sé qué grado de familiaridad tiene De Carreras con internet y me parece extraño que ignore lo que viene conociéndose como la ley de Godwin, una de cuyas versiones es que, cuando en un debate alguien menciona a Hitler, el debate se acaba. Ser un intelectual y entrar en un debate para aniquilarlo me parece un contrasentido.
Comparar a Artur Mas y, en general, a los independentistas catalanes con los nazis no es algo infrecuente en las diatribas de las derechas españolas más reaccionarias que, además, tienen escaso sentido del ridículo si se piensa en que el general Franco, cuya dictadura aquellas no condenan, llegó al poder gracias precisamente a Hitler. Pero uno no esperaría ver este lamentable recurso en la pluma de un respetable académico.
Aunque, si bien se mira quizá no sea tan estrafalario. ¿No es Rivera, el líder del partido al que apoya De Carreras quien afirma que las dictaduras "no tienen libertad, pero tienen cierta paz y orden"?
Pues eso mismo.