Hoy tenemos una charla en Matadepera en la Casa de Cultura, c/ Pere Aldavert, 4, a las 19:30. Con presentación de Pere Mas, periodista. Entrada libre. El tema, el que figura en el cartel. Por cierto, ¡qué gran foto la de mi colega Juan Jesús González!
Los procesos sociales, a fuer de colectivos, multitudinarios, confusos, son inciertos. Quienes participan en ellos lo hacen por muchas razones y motivos que no tienen por qué ser coincidentes; a veces se sienten más acompañados, a veces más solos; a veces confían en que se alcanzará el objetivo final, a veces desconfían; algunos acontecimientos imprevistos los animan, otros los desaniman; el camino se hace largo, o breve, según lo que se va encontrando en el recorrido.
Porque hay recorrido. Los seres humanos somos criaturas imperfectas y no el Dios todopoderoso que nosotros mismos hemos inventado para consolarnos por nuestras deficiencias. Sobre todo por la esencial, la que nos caracteriza como personas: que entre el querer algo y el conseguirlo media siempre un trecho, no son fenómenos coincidentes; no es querer esto y tenerlo solo por quererlo. Hay que ganárselo y, a veces, lo conseguimos y otras, no. Hay que perserverar, confiar, aguantar, volver a empezar.
Olvidamos que ese trayecto que media entre el querer y el tener sigue siendo querer pero ya es en buena medida tener. Quien ansía la libertad y lucha por ella ya es libre, aunque aún no la tenga entera porque, además, por lo general, entero nunca se tiene nada. La lucha por la libertad, la lucha por la independencia ya son la libertad y la independencia. Y la prueba es que ella misma hace que todo cambie.
El proceso catalán ya ha cambiado España, aunque muchos españoles todavía no lo sepan. España no será ya nunca más la misma y lo que sea dependerá de la forma que tengan los españoles de acomodarse a una realidad nueva que vendrá determinada por la posición que Cataluña quiera adoptar.
Igual que Europa. La independencia de Cataluña no solo estremecerá los cimientos de España, sino la estructura misma de Europa. Toda la arquitectura de la Unión Europea, que arranca del Tratado de Roma, tendrá que reconsiderarse. La relaciones entre regiones y Estados habrán de revisarse para establecer puentes entre ellas porque otras querrán seguir el ejemplo catalán. Córcega, Cerdeña, Flandes, Bretaña, Escocia, quizá Baviera, etc no se limitarán a contemplar inertes qué haya pasado aquí.
Y la cara que Europa presentará al mundo también será distinta. Menester es decir que el mundo está más acostumbrado a ver Europa como un continente en perpetua mutación de lo que está la propia europa. Sumergidos en el torbellino de nuestra existencia cotidiana, los europeos muchas veces no vemos que vivimos en un cambio y transformación permanentes. Pero los afuereños, los americanos, los asiáticos, los africanos, sí. Y toman ejemplo. ¿Alguien cree que la zona de libre cambio de América del Norte, el Mercosur, la Unión Africana, las zonas económicas asiáticas y del Pácifico o las uniones de Oceanía se les han ocurrido a ellos? ¿No es claro que son imitación de los procesos de integración y regionalización europeos? Pues así seguirán
Vale. De eso hablaremos hoy en Matadepera.