dimecres, 3 de febrer del 2016

Cabildeos

A petición del Rey, Sánchez se dispone a hacer un gobierno de coalición de perdedores, según fabula el ABC. Es verdad, es curioso que quienes perdieron las elecciones acaben formando gobierno. Eso da una idea de cómo será el que las ganó.

El socialista se ha tirado a la piscina y ha desbaratado la primera parte del plan marrullero del Sobresueldos, a ver si podía tener el país cuatro años sin gobierno, como lo tuvo sin Tribunal Constitucional y siempre por motivos de típico ruiz. Pero queda la segunda: esperar que la izquierda no pueda formar gobierno y haya elecciones, la única posibilidad que le queda de seguir en La Moncloa atendiendo a su padre dependiente con el dinero de todos, incluidos quienes tienen dependientes en su casa y no reciben prestación alguna porque él se la ha quitado.

¿Será posible que la izquierda no forme gobierno? Por supuesto. Es la izquierda española. Antes incluso de que Sánchez compareciera en rueda de prensa, Iglesias dio otra con esa actitud tan carpetovetónica de atosigamiento y perdonavidas que suena a bullying y no pasa de ser bullshit. Quien se lanzó a conquistar los cielos y, como Ícaro, se dio una castaña que se cura hoy en el gallinero, quien -tic-tac mediante- iba a echar del mundo a la casta y a gobernar desde la centralidad política se encuentra ahora tuiteando el precio del desayuno en el bar del Congreso. Y es comprensible que esté descompuesto e irritado al ver que el Rey no le ha devuelto el detalle de juego de tronos encargándole formar gobierno y que la centralidad política corresponda al fementido PSOE, el corrupto PSOE, al casta PSOE, al PSOE = PP, pero al que se urge a pactar y al que se le imponen condiciones pintorescas.

Realmente, creo que estos de Podemos debieran llevar una L cosida en la espalda, mientras toman nota de los usos mundanos y dejan de hacer el ridículo. Considérese la última advertencia: será imposible un gobierno PSOE Podemos IU y C's. Eso es una necedad. Claro que es posible, perfectamente posible, tendría 199 diputados y funcionaría muy bien. Y también es posible uno del PSOE Podemos IU con la abstención de C's. Pero la actitud es "no". Como también la de C's: "no" a un gobierno con Podemos. Es el odio de los gemelos univitelinos. 

Ya se les pasará a ambos sobre todo porque, si se empecinan, aparecerán como responsables de las elecciones nuevas y, si las hay, mi intuición, contraria a las encuestas al uso, es que perderán todos, especialmente Podemos y el PP, cuyos votos se irán a C's. Y el PSOE remontará mucho.

Sánchez, que hizo un lindo discurso pidiendo a los demás que depusieran sus vetos, arranca sus negociaciones con dos. Uno es bastante lógico: no al PP. Por supuesto, no cabe seguir con la superchería y el engaño de que esta presunta banda de ladrones con el sobresueldos a la cabeza sea en verdad un partido político. El otro, en absoluto: diz que hablará con los independentistas catalanes para hacerles saber que es contrario a sus pretensiones. Pues o dice algo más o puede ahorrarse (y ahorrarnos) la llamada. Cree que este españolismo de cuarto de banderas lo beneficia y no es así, sino al contrario. Basta ver las tribulaciones del PSC.

Aparte de las bravuconadas de Podemos, que no hacen daño, el peor enemigo de Sánchez está entre su gente. Si va al congreso del PSOE sin haber formado gobierno, la baronías territoriales y los mastines desdentados de las viejas glorias dejarán de él menos de lo que queda de un burro comido por pirañas. Si, en cambio, se presenta como presidente recién electo, todo serán parabienes y apoyos inquebrantables. La victoria tiene siempre muchos padres y la derrota, muchos cuñaos.