Entiendo perfectamente la propuesta de González de que gobierne el PP con C's y la abstención del PSOE. Es una sugerencia de estadista, de hombre que se preocupa por el destino de su país y no por intereses de partido. Es un ejemplo de mesura y prudencia. Al fin y al cabo, el PP es el partido más votado y C's, una organización nueva (no tanto en Cataluña) de carácter regeneracionista. Sin duda actuará de contrapeso a la propensión del PP al robo, el fraude y la corrupción. Además, para mayor seguridad, Rivera pedirá la retirada de Rajoy, principal responsable de este gatuperio. Sin duda la propuesta tiene el aval de Rubalcaba, Bono y Zapatero, tres políticos de fuste. Y el apoyo de Susana Díaz y Carme Chacón, dos socialistas de empuje y brío y, par dessus le marché, mujeres, lo que da a la idea un aire transversal en cuestión de género. Muchos de los barones la verán también con agrado, García Page o los de Extremadura, el que fue, Ibarra, y el que es, Fernández Vara. Definitivamente, un acierto en punto a contener la locura secesionista catalana y mantener la unidad de España. Y no solo eso, también está llena de razón y enjundia para dar una lección a estos advenedizos pretenciosos de Podemos que se han creído que todo el monte es orégano y han faltado al respeto a las venerandas barbas del abuelo Iglesias Posse; que no se conforman con los trasportines que les han asignado en el Congreso y pretenden primera línea de proscenio, bajo los focos, porque les pierde la vanidad y la petulancia. Es igualmente una propuesta sensata, que tranquilizará a los mercados internacionales y a la Gorgona germánica, Merkel, así como la arpía del FMI, Lagarde, y mirará por la prosperidad de España. Y no solo eso: también es una propuesta moderada y templada, que pretende reconciliar a los españoles de una vez, ahora que andan los bolcheviques cambiando los nombres de la calles y, sobre todo, dar una segunda oportunidad a la derecha del PP, en donde todavía quedan militantes que no han robado lo que podían robar y a otros no les ha dado tiempo de destruir las pruebas de sus latrocinios. Sí, definitivamente, es una propuesta sensata que trata de evitar el caos que se desataría en España con un gobierno de coletas, bebés, núcleos irradiadores, ogros catalanes, y socialistas díscolos de los que todavía quedan algunos en las periferias de las ciudades e instituciones. Una propuesta que Sánchez debiera hacer suya por el bien de la "gran nación" y esperar a tiempos mejores.
Desde luego, merece todo el apoyo de los analistas y comentaristas independientes de esos que sueltan estopa en televisiones de la Iglesia, radios de la Iglesia, medios de los magnates y canales públicos repletos de esbirros a suculentos sueldos. Sin duda.
Pero ¿sabe usted qué, don Felipe? Métasela en donde le quepa. Usted y todos sus amigos de derechas, los meapilas y cómplices con esta degradación a que ha llegado este desgraciado país. Sigan ustedes rezongando su envidia y su odio a la nueva izquierda y al independentismo catalán, que son las únicas puertas que se han abierto en esta situación de agobio, abuso y corrupción a que la incompetencia de la vieja oligarquía nacionalcatólica, con su ayuda, ha condenado a este país. Y la única -y última posibilidad- de que el PSOE se levante de ese cenagal en que lo han arrojado todos ustedes y pueda recuperar algo de su dignidad perdida.
Siga haciendo propuestas. Llegará usted a ser más inmundo que el Sobresueldos.