Vuelve Garzón por la querencia de la unidad de la "izquierda a la izquierda del PSOE", la única capaz, según sus cálculos, de efectuar el sorpasso del PSOE que Podemos no ha logrado. El viejo sueño internacionalista (de la IIIª Internacional) de desenmascarar y hundir en el oprobio a la fementida socialdemocracia... para ponerse en su lugar. Son ya casi 100 años esperando pacientemente a que esa mayoría social perpetuamente invocada se convierta en mayoría de votos, lo único que cuenta en democracia, malhaya. Pero está vez, Garzón ha echado los cálculos y, sumando IU a Podemos y tomando ejemplo de la confluencia gallega y la catalana le dan más diputados de los que tiene el PSOE. Sorpasso hecho. El heredero espiritual de Anguita quiere regresar a casa del padre con la cabeza de su enemigo en una bandeja.
Podemos, en donde la idea de la confluencia con IU, o lo que quede de ella, no hace la menor gracia está en el compromiso de explicar por qué confluye con IU en unos sitios y en otros, no. Y no puede porque la verdad es que confluye con IU allí en donde IU es prácticamente invisible. Es un problema de notoriedad. Si la IU nacional, residente en Madrid, se hiciera ver y oír menos, quizá también confluiría. El requisito es que no se note. Porque confluir con IU implica hacerlo con el PCE, un partido con tan poco tirón electoral que pasa los años oculto en alguna caverna en estado de hibernación alma de unos entes magmáticos y confederales, como IU, cuya ejecutoria electoral a lo largo de la segunda restauración ha sido muy discreta por lo mínima y silenciosa. Habla siempre de las mayorías sociales, pero ni las huele. En Podemos produce terror. Encuentran mucho más conveniente para ellos que IU se presente por su cuenta con la misión de perder las elecciones en la más acendrada tradición comunista. Ello le permitirá, además, presentarse como una fuerza de izquierda verdaderamente nueva, nada contaminada con los hábitos de IU, en la que muchos de ellos militaron en sus tiempos juveniles.
Pero tampoco le será fácil la unificación/confluencia con Podemos porque en su propio campo cuenta con una fuerte contestación. Sobre todo en el PCE que solo retorna a la vida para plantear problemas y teme que en esa estrecha confluencia que ilusiona a Garzón, sus corazones se fundan tanto que se derrita el acorazado Potemkin, en el que está embarcada la dirección comunista española desde 1919. Ninguno de ellos, IU o su llama interior, quiere confluencia con Podemos porque, como en las pelis del Oeste cuando llega la ley, los pistoleros tienen que dejar la artillería a las puertas del saloon y entrar de uno en uno como individuos, cuasi mónadas, que pierden sus estructuras de partidos. Como le sucedió a Izquierda Anticapitalista, que hubo de disolverse en la solución general del Podemos, aunque sus fieles sigan teniendo relaciones particulares en las catacumbas. Están dispuestos a confluir, pero no a desaparecer, al menos el PCE, que tiene una, según dice, gloriosa historia a sus espaldas y le molesta salir del escenario sin dejar por lo menos un museo o algo así.
Pero ne se apure Garzón. Es posible que el arduo trabajo de la confluencia se facilite notablemente si por fin se clarifica de una vez cuántos diputados reales, no imaginarios ni figurados, tiene Podemos. Según la propia organización tiene 69 y no algo más de tres millones de votos sino algo más de cinco. Pisando los talones al PSOE literalmente. De la nada, al punto del sorpasso. Pero esto no es verdad y ya desde el día 20D por la noche, Palinuro decía que Podemos tenía 42 diputados, es decir menos de la mitad de los del PSOE. La patraña de los 69 la reproducen los medios afines y, según el periódico digital que se visite, Podemos tiene 69 o 42 diputados, lo que no deja de ser pintoresco. También augura serlo el arreglo al que finalmente lleguen los cuatro bloques, esto es, el Podemos príncipe y las tres confluencias-sucursales en Galicia, Cataluña y Valencia, cada una con una composición distinta, distinto proyecto y liderada por personalidades muy carismáticas en sus respectivas comunidades que no son meras delegadas de un poder central. Eso no habrá quien lo doblegue.
Y así ha sido. Ha bastado con que Podemos amagara la remota posibilidad de no insistir en el referéndum catalán para que los doce diputados de En Comú Podem muestren con total contundencia que son del común, pero no de Podemos. Calcúlese.
¿Por qué se agarraron al 69, lo pusieron como emblema, lo esgrimieron y sumaron casi dos millones de votos que no eran suyos? Lo sabemos todos: para ocultar su derrota y hacerla pasar por victoria y crear una realidad virtual en la que los ciudadanos vean no lo que hay sino otra cosa, una fábula. Si hay algo característico y típico de la vieja política es la mentira y la propaganda. Los que iban a asaltar los cielos no llegaron ni al piso tercero del Congreso por cuanto, al tener menos votos que C's (aunque le saquen dos escaños) ocupa el cuarto lugar. Por descontado, de sorpasso al PSOE, ni por ensoñación. Es posible que el PSOE acabe siendo "sorpassado", pero será por su propia ineptitud y no por la habilidad de estos linces.
En estas condiciones quizá Garzón no vea que, si se hace una confluencia de IU con Podemos, lo que este vaya a ganar por un lado, lo perderá por otro, esto es, los que no votarán a IU y menos al PCE. Y, por lo tanto, en el fondo, no le trae cuenta pues es muy probable que consiga los votos que tenía en tiempos mejores IU. Pero ahora tendría que compartir el crédito con Podemos, cosa nada segura. Quizá no lo vea, pero es lo más probable.
Visto el desastre del PSOE no es exagerado llegar a la conclusión de que Podemos no ha servido más que para generar más caos en la izquierda. La pacífica división tradicional entre una izquierda moderada, socialdemócrata y una izquierda radical se ha convertido en un espectáculo de fuegos artificiales, muy coloridos, pero efímeros. No es división; es caos. Porque ahora mismo, Podemos no sabe qué hacer, como se señalaba en el post de hace dos días, Viento del Sur en relación con el maldito referéndum catalán, ese que pone a los socialistas en posición de combate y con la bayoneta calada. Un toque, y Susana Díaz salta la trinchera y conquista Cataluña para España ella sola.
Y en loque hace a Podemos y sus imaginarios 69 diputados, cada vez más de risa. Esta vez no han vendido la piel del oso antes de matarlo. Han vendido la piel y la escopeta.
Y en loque hace a Podemos y sus imaginarios 69 diputados, cada vez más de risa. Esta vez no han vendido la piel del oso antes de matarlo. Han vendido la piel y la escopeta.