divendres, 25 d’octubre del 2013

¿Qué pasa en el PSOE?


Carme Chacón reaparece inopinadamente en Madrid para presentar a Tomás Gómez... en donde maldita la falta que le hace que lo presenten. ¿De qué se trata aquí? Probablemente de una campaña de lanzamiento publicitario. Ambos dirigentes, forzados a las penumbras del segundo plano por los decorados de la conferencia política o cónclave de los cabezas de huevo que ha escenificado Rubalcaba, quieren reemerger, recuperar protagonismo, que se hable de ellos porque, si nadie habla de ti hoy es que estás muerto; cuando menos, políticamente muerto. Hacen bien. Los dos tienen sus legítimas ambiciones y quieren que el aparato mediático tome nota de ellas y no se limite a mostrar una y otra vez los rostros de los otros aspirantes, López, Madina, García Page...

¿Y qué dicen presentadora y presentado? Que haya primarias a la voz de ya, antes de las elecciones al europarlamento en mayo de 2014. Parece bastante lógico, pero desbarata los planes de Rubalcaba y los suyos que, como todo el mmundo sabe, son postponerlas hasta poco antes de las generales de 2015 y (seguramente), presentarse a ellas. Es muy probable. Pero no es toda la historia. No basta. No convence del todo. Aquí hay más bacalao del que corta el furriel. Veamos:

El PSOE se ha olvidado de la moción de censura; no hostiga al gobierno, a pesar de su carácter corrupto, autoritario, embustero e inepto; vuelve a una oposición de mentirijillas y guante blanco; se desvincula de la calle; dobla el espinazo ante el Rey y se hace monárquico; marrullea con la iglesia católica; se pasa el día secreteando con Rajoy sin exigir su dimisión por corrupto y le chivatea todos los asuntillos que trata con los levantiscos catalanes.

¿A qué huele todo esto? Bingo, querido lector: a gobierno de gran coalición PP/PSOE, a la vista de la grave situación por la que atraviesa la patria, gravedad causada por estos dos grandes estrategas. Rubalcaba no quiere primarias porque aspira a consagrar por derecho el duunvirato que ya existe de hecho entre los dos dirigentes de los partidos dinásticos, hermanados por la circunstancia de ser los dirigentes peor valorados por la opinión pública de la breve historia democrática española. Chacón y Gómez quieren primarias porque, si se arma el tablao grancoalicionista, ellos se quedan para vestir los santos de la liturgia sociata.

Y esa gravedad ¿de dónde viene? La crisis, según los mentideros oficiales y los propagandistas de la fe, está ya semivencida. ¿De dónde, pues? Obvio: de Cataluña. Cierto que hemos llegado aquí por la especial incompetencia de los dos dirigentes. La de Rajoy es la habitual en la derecha cerril y no merece mayor consideración. La de Rubalcaba nace de su cerrado centralismo, su fobia al derecho de autodeterminación (al que teme porque, en el fondo, no cree en la Nación que ensalza) y su seguridad de que los demás son tontos y van a conformarse con la piruleta federal que acaba el mozo de sacarse de la faltriquera. Habiéndose, por fin, dado cuenta de que el señuelo no engaña ni a los más tontos de la batida, se ha presentado en Barcelona con una nueva (y astuta, cómo no) propuesta: que los catalanes voten, sí; pero solo sobre la reforma de la Constitución. Sensacional: no los deja votar en la autodeterminación para ellos solos (en donde, probablemente, los independentistas perderían) y los hace pronunciarse en solitario sobre un asunto que, según dicen las gentes de orden, compete a todos los españoles y donde, también probablemente, la opción reformista ganaría, abriendo un tiempo de incertidumbre en el país que, claro, gestionaría ese gobierno de gran coalición, sabiamente dirigido por estos dos padres de la patria.

Estarán los lectores de acuerdo en que a grandes males, grandes remedios. Llegar a las elecciones generales de 2015 con un gobierno de PP/PSOE (acerca de cuyas ventajas habrá Merkel aleccionado a Rajoy germanico more, es decir, a collejas) tiene la ventaja añadida de que quizá podamos ahorrárnoslas. ¡El terrible peligro de la escisión catalana todo lo justifica! Incluso la aceptación de esa feliz consigna expectorada recientemente por un militar: la Patria está antes que la democracia. ¿Está claro? 

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Luego, si tengo ánimos, subiré algo sobre esa Fundación Felipe González Márquez, dedicada, según tengo entendido, a investigar los arcanos de la gestión de aquel gran político que fue el sevillano, hoy, al parecer, aquejado de un proceso galopante de necrosis intelectual.