dijous, 15 d’agost del 2013

Sálvese el que pueda.


Cospedal tiene ambiciones políticas de altos vuelos. Quiere ser presidenta del gobierno. Solo así se entiende su comparecencia ante el juez, debidamente planeada con sus asesores, pensada para dinamitar las últimas posiciones de Rajoy, atacar a su adversario y salir indemne del oprobio mediático de verse abucheada por la gente, como sus dos predecesores en el cargo.

Para lo segundo le bastó con movilizar a una veintena de afiliados a las Nuevas Generaciones de Toledo y traerla a Madrid a aplaudirla y mofarse de los "preferentistas", o sea, de los estafados por las preferentes que fueron idea de los gestores nombrados por su partido. Las redes han identificado a los gamberros que han dado tan claro ejemplo de su falta de educación y su señoritismo, tomándola con unos viejos a quienes los suyos han arruinado fraudulentamente mientras ellos se lo llevaban crudo. Pero no es de esperar que a las gentes del PP les afecte un comportamiento tan falto de espíritu cívico como solidaridad, sin contar con la caridad cristiana con la que dan el tabarrón cuando predican. Lo que probablemente molesta a Cascos y Arenas es que a ellos no se les haya brindado similar protección, tan espontánea que, al parecer había hasta un alcalde de un pueblo de Toledo haciendo méritos. En efecto; ellos ya no mandan nada. Cascos no es ni del partido. Así que se les aplica la legislación vigente. Sobre todo en estos tiempos en que "cada palo debe aguantar su vela".

La técnica de negar de plano a Bárcenas tiene sus riesgos. Se hace negando el cobro de sobresueldos. Por cierto, la señora no los llama "sobresueldos", sino complementos. Se sigue de ahí que se cobraban y el truco de cambiarles el nombre no va a resolver el juicio moral y jurídico que merezcan. Al contrario, los empeora. "Sobresueldo" es un concepto claro, si slgo brusco. "Complemento", sin embargo, es peor . Complemento ¿de qué? ¿Qué hay que complementar a un cargo voluntariamente aceptado? Y ¿por qué los cobran unos sí y otros no? ¿Se añade que, además, ella no los cobraba? ¿Por qué no si son legales? No parece Cospedal persona que renuncie voluntariamente a percepciones legales. Ha llegado a acumular dos y no sé si tres salarios. En todo caso, llegados a este punto, es la palabra de Bárcenas contra la de Cospedal que, ciertamente, no ofrece más crédito que la de aquel. Palabra contra palabra, lo que procede es un careo del presunto delincuente con la presuntamente calumniada..

Pero la bomba de la declaración de la Dueña ha sido endosar a Rajoy la responsabilidad del inenarrable acuerdo de despido de Bárcenas, aquel finiquito con indemnización en diferido que la obligó a hacer un ridículo espantoso ante las cámaras de TV, tartamudeando incongruencias. Esta declaración, por la que el PSOE vuelve a pedir la dimisión de Rajoy, efectivamente, deja una vez más por mentiroso al presidente del gobierno. Se trata de la famosa reunion entre Bárcenas, su mujer, Arenas y Rajoy, que Arenas negaba hasta admitirla pues Bárcenas ha hecho saber que la tiene grabada. O sea, no puede negarse. Y esa reunión pone en claro la sistemática mendacidad de Rajoy. No es cierto que haya roto con Bárcenas sino que hasta este mismo momento, ha sido su gran valedor. Cospedal dice que a ella se le comunicó la decisión tomada, que actuó de mera mensajera. Ahora, con su deposición, pasa a Rajoy los trastos de matar. O de morir. Al fin y al cabo, es el presidente de un gobierno que, como señala un artículo de Ignacio Sñanchez Cuenca, es el peor Gobierno de la historia.

¡Ah! ¿Qué fue de Gibraltar, por cierto?