dimecres, 14 d’agost del 2013

Cospedal: mentiras y chulería.


Ya está claro a qué se dedicaron ayer Cospedal y sus asesores encerrados a cal y canto en Génova: a "preparar" la comparecencia de la secretaria general e idear una estrategia para contrarrestar las manifestaciones populares a la puerta de la Audiencia. Lo primero era fácil; lo segundo, mas delicado. A esta señora no le preocupa nada mentir en público, provocar o decir necedades. Lo hace hasta con delectación. Lo que la molesta, le saca de sus casillas es que la gente en la calle, en lugar de apluadirla y besar el suelo que pisa, la increpe o la califique de "ladrona", como suele suceder. Por eso renunció a declarar ante el juez en su palacio de Toledo, porque temía una manifestación a las puertas en donde seguramente la llamarían "choriza", entre otros epítetos. Y eso es lo que estuvo apañando ayer con sus colaboradores. La decisión, obviamente, fue enviar a los chicos de las Nuevas Generaciones a hacer contramanifestación y tratar de acallar las protestas de los damnificados por el latrocinio sistemático del PP.

Y ahí les sale a todos el pelo de la dehesa fascista. La foto de esos imbéciles riéndose de un viejo que lo ha perdido todo en las preferentes con las que sus señoritos del PP estafaron a miles de personas es un tratado de psicología política contemporánea. Hacen lo que saben, lo que tienen en el fondo del alma: reírse de los débiles, de los maltratados y explotados; decirles que "se jodan", como la analfabeta de Fabra; echar la culpa del hambre de los niños a los padres, como el matón Hernando; decir que las mujeres, como las leyes, "están para violarlas", como no sé qué estúpido profundo del PP; sostener  que los fusilados por Franco "se lo merecían", como un alcalde canalla, también del PP. No hay día en que alguno (o varios) de los fascistas que nutren sus filas, no diga alguna barbaridad antiliberal, antidemocrática, inmoral, inhumana, racista o de profunda estulticia.

Es la dimensión moral de la derecha en estado puro. El desprecio de los señoritos por quienes los votan. Lo que, en verdad, tiene muchos bemoles. Que la pandilla de chorizos y chulos sea la más votada del país, es prueba abrumadora de que este no tiene arreglo. Y es para llorar. No para reírse. Claro que, al hablar de los de Nuevas Generaciones debemos recordar la estofa de que están hechos. Ni más ni menos que la del payaso Carromero, homicida enchufado en el Ayuntamiento de Madrid, cobrando una pasta que es de todos.

Con sus chuletas a sueldo a las puertas de la Audiencia, insultando a los estafados. la Dueña repitió ce por be la táctica de sus antecesores, Cascos y Arenas: no recuerda nada, no ha recibido sobresueldos. Por cierto, si no los ha recibido (y es su palabra contra la de Bárcenas, mucho más digno de crédito que ella) ¿por qué rehúye la palabra "sobresueldos" (que es lo que son) para emplear el eufemismo "complemento". Complemento ¿de qué? ¿Por qué hay que complementar a un cargo público? ¿Para que se sosiegue y robe menos? Por supuesto, tampoco sabía nada de los dineros que manejaba Bárcenas. En cuanto al "finiquito" de Bárcenas, el mundialmente famoso diferido, diz la Dueña que lo acordaron Rajoy y Arenas. Ella se limitó a tartamudear unas explicaciones que convierten las de Groucho Marx en responsos funerarios. Y con ello, ha dejado a Rajoy aun más tocado si cabe. Esa reunión Bárcenas-Arenas-Rajoy que, efectivamente se produjo, es la prueba definitiva de que, lejos de no enterarse de nada, estaban todos al tanto de todo: las donaciones ilegales, los sobresueldos, la corrupción, todo. Que organizaron el PP como una asociación para forrarse a cuenta de la corrupción política. Y el jefe y pleno conocedor de esta mangancia era Rajoy, que lleva mintiendo sobre el asunto desde la primera vez en que abrió la boca.

Pero la declaración de Cospedal es un salto cualitativo: no es que Rajoy no se enterara de nada, que lo engañaran , que estuviera en otras cosas, no. Es que es el principal urdidor de la trama, el que nombró a Bárcenas, lo ascendió como su hombre de confianza, el que se resistió a que dimitiera., el que, cuando lo hizo, le conservó despacho, coche, secretaria, el que pactó con él toda esa tramoya del "finiquito diferido" y otras formas de estafarnos. Rajoy ya no pueede seguir mintiendo más pues su propia secretaria general la que lo pone al frente de la gran estafa. No le queda más remedio que hacer lo que debió hace meses: dimitir y dimitir con ignominia, por embustero y corrupto.
 
Los tres secretarios generales han dado un espectáculo penoso. Quizá no hayan faltado por entero a la verdad, pero son tres personajes turbios, tres políticos profesionales que, obviamente, están en política por la pasta y solo por la pasta. Carecen de ideología que no sea fingir (si acaso) devoción católica y obedecer las órdenes de quienes los pagan y son los dueños reales del partido: los banqueros y los grandes empresarios. Y si, por el camino, pillan comisiones y viven de lujo, mejor que mejor. Casoplones, áticos, jaguares, Hotel Palace, comilonas de miles de euros, viajes de ensueño gratis total: una banda de ladrones que lleva años viviendo a cuerpo de rey a cuenta de los dineros que estafan a la gente.

¿Compraría alguien un coche usado a esta manga de pillastres, desde Rajoy a Cospedal, pasando por los demás, Aznar incluido? Yo, desde luego, no; pero hay mucha gente que hace algo tan malo como comprarles un coche usado o quizá peor, que es votarlos.