dimecres, 14 d’agost del 2013

Los testigos.


¿Ven ustedes cómo lo del Peñón no sirve de cortina de humo? El país entero está pendiente de la Audiencia Nacional. Si los llanitos quisieran, organizaban un golpe de mano y tomaban La Moncloa, ahora que el inquilino habitual está haciendo thinking en Pontevedra, a ver cómo se salva de esta.

Las declaraciones de los dos secretarios generales no tienen mucho que ver con la verdad. No habrán faltado a ella, pero la han soslayado con circunloquios de "no me consta" o "solo reconozco lo que tengo declarado a Hacienda". Hasta la última negación de Arenas, que muchos dan por clara y directa, no es tal. Obviamente, no es lo mismo decir "jamás he recibido dinero del señor Bárcenas" que "jamás he cobrado sobresueldos". Ni mucho menos, ¿verdad?

El resto fue una batería de no recuerdos. No parecen recordar casi nada pero los dos echan el muerto de los dineros vivos a Bárcenas. Se deduce de esto que Bárcenas tomaba las decisiones respecto a qué empresarios contactaba y qué compromisos políticos adquiría con ellos en compensación por las suculentas donaciones. O sea, según los secretarios generales, Bárcenas dirigía el partido. Quizá por ello era el que más cobraba. Más que el mismo Rajoy y Rajoy ya cobraba una pasta, aunque no le llegaba y por eso, decía, tenía que mirar la cuenta a fin de mes, porque estaba apurado.

En resumen, una comparecencia muy preparada, asesorada, cauta. La gente ignorante tendemos a pensar que si uno ha de decir la verdad, no hay nada que preparar porque la verdad es siempre muy sencilla y clara. Pero debe de ser un error. Todo hay que prepararlo mucho. Hay que estar al quite. Nunca se sabe. Pueden sacarte algo gordo que no te esperas. Por ejemplo, Arenas reconoce ahora una reunión con Rajoy y Bárcenas que venía negando. Ha recuperado la memoria porque le han dicho que Bárcenas dispone de una grabación. Ya no puedes fiarte ni de tu sombra.

Para preparación, la que ha tenido Cospedal: prácticamente encerrada el día entero con los asesores para preparar su deposición. Ya dijo que estaba encantada de colaborar con la justicia para tener ocasión así de refutar las calumnias que sobre ella pesan. Tan encantada que no quiere dejar detalle alguno a la espontaneidad.
 
Hay algo espectacular en la peripecia de esta señora. Toda su carrera la ha hecho en diversos puestos del PP y cargos públicos por el PP. Una vida en el PP, prácticamente sin experiencia profesional alguna que no sea la política. Otra política profesional, como Cascos (básicamente, pues también tiene un negocio), y Arenas.

Llegada a la presidencia de Castilla La Mancha la Dueña ha actuado como una especie de valkiria, aquellas doncellas que acompañaban a los guerreros caídos a la Walhalla, las emisarias de la muerte. Ha actuado con una dureza llamativa, probablemente azuzada por el hecho de que ganó las elecciones con una mayoría de un diputado, algo inestable que aconseja crear situaciones de hechos consumados: ha suprimido servicios sociales de todo tipo, puesto en la calle una infinidad de trabajadores públicos, recortado todas las prestaciones, suprimido el salario de los diputados de la oposición y ha reducido el número total de diputados con el fin de garantizarse una victoria más holgada.

Ha ido por todas. Y se las ha encontrado. De los tres secretarios generales llamados a testificar es la que proyecta peor imagen. Se debe al enorme contraste entre su agresividad con los demás y su absoluta condescendencia hacia los suyos que la lleva a justificar lo injustificable con conceptos aberrantes. Por no hablar de la muy negativa opinión generalizada acerca de su comportamiento en auntos de transparecia personal, especialmente la económica.

Entre tanto los ingleses amenazan con boicotear el turismo español; lo que nos faltaba. Y, para no desviarnos de la costumbre, los independentistas catalanes de ERC hacen causa común con los llanitos. Estratégicamente será lo correcto. Ambos esperan valerse de la postración de España, sumida en una crisis y una corrupción galopantes, para alcanzar sus objetivos.

Según mis noticias, una patrullera española se ha sumado a la flota inglesa camino de Gibraltar. Por todos los dioses. No es cierto que no podamos hacer nada. Podemos dejar de hacer el ridículo.  Esa ideaza de aliarnos con la Argentina (la de Bignone) del estratega Margallo pertenece de plano a esta provincia del ridículo hispánico. Estamos en un tris de desatar una oleada de jingoísmo en el Reino Unido. A puntito de que The Sun o The Globe nos dediquen una portada llamándonos "macacos" o algo así. Todo sea por el entendimiento entre los pueblos de Europa.

¿No es razonable pedir la dimisión de Rajoy?