dilluns, 8 de juliol del 2013

El innombrable ha hablado.


La bomba de Bárcenas es como un desesperado con un mechero en la santabárbara del buque. Ayer toda España fue una corrala con las primeras explicaciones-aclaraciones-acusaciones del ex-tesorero sobre sus antiguos cofrades. A tenor de lo dicho y transcrito en El Mundo, el PP lleva veinte años gestionando al modo más puramente mafioso sus ingentes caudales procedentes de donaciones millonarias de empresarios que luego recibían contratos suculentos de las administraciones públicas, con claro quebranto para la Hacienda pública. Los donativos se troceaban. Una parte iba a pagar los sobrecostes de las campañas electorales con el fin de burlar el Tribunal de Cuentas; y otra desaparecía en forma de sobresueldos o mordidas permanentes de la cúpula dirigente de la organización: presidente, secretario general, vicesecretarios y otros mandarines. De ser esto cierto, cabría considerar al PP como una asociación de malhechores. Porque de lo afirmado por Bárcenas hay dos conclusiones:

Primera: las elecciones han sido todas fraudulentas, viciadas de ventajismo. Las victorias electorales son ilegales y, en el fondo, todas las medidas de los gobiernos emanados de esas elecciones tramposas, nulas. Esa práctica corrompe de raíz el sistema democrático en lo que le quedare de tal.

Segunda: gran parte de los dirigentes del PP, gobernantes incluidos, el propio Rajoy incluido, han estado supuestamente cobrando sobresueldos altísimos de procedencia ilegal, mientras predicaban austeridad a sus compatriotas y les obligaban a practicarla con medidas restrictivas. Sobresueldos que se financian con los dineros que se sisa a esos compatriotas, al igual que cuantiosos y espléndidos regalos.

Hoy se reúne la ejecutiva nacional del PP. ¿No tiene nada que decir al respecto? ¿Nada que decir el gobierno? ¿Nada el presidente Rajoy?

No se sabe si habrá rueda de prensa. Pero, conociendo el percal de estos "servidores públicos" ya puede adelantarse que no dimitirá nadie (cuando debían hacerlo todos en bloque) y tampoco habrá explicaciones con el argumento de que el gobierno no interfiere en la justicia y las declaraciones lo son de un señor sin nombre como otro cualquiera. En verdad, no se sabe cuánto tiempo más podrá mantenerse una actitud tan cínica.

Bárcenas no es un señor cualquiera. Tiene nombre. Fue tesorero del PP nombrado y apoyado por Rajoy, está en la cárcel acusado de varios delitos, sabe de lo que habla y lo que dice deja a Aznar, Rajoy y demás dirigentes en una posición vergonzosa. Y no se hable de Cospedal, a la que atribuye el declarante haber ingresado en nombre propio o del partido una comisionceja de 200.000 € por una contratación ilegal. Si sus declaraciones se convierten en acusaciones, tendrán uno u otro valor probatorio. Pero alguno tendrán. ¿Puede seguir siendo presidente del gobierno una persona bajo sospecha de haber incurrido en una corrupción sistemática y prolongada en el tiempo? Por muy prescritos que estén los supuestos delitos, la respuesta es "no".

Por lo demás, tremendamente revelador, ¿cómo están las querellas contra Bárcenas de los dirigentes del PP? Se pusieron tremebundos, amenazaron con torva faz, pero ¿me equivoco si digo que no hay una sola querella del PP contra Bárcenas en los juzgados?

Y, asunto que apenas se trata pero es de gran interés público dilucidar: ¿quiénes son esos periodistas y comunicadores a sueldo directo del PP? Todo el mundo imagina sus nombres, apenas haya visto o escuchado unos minutos las intervenciones de algunos miembros de esta fiel infantería en los medios audiovisuales. Pero interesa conocerlos de cierto, así cómo cuánta era su mordida de fondos ilegales. Mas que nada para diferenciarlos de aquellos otros honrados que defendieran al PP por convicción y desinteresadamente. Que alguno habría y no hay derecho a pensar de él (o ella) que sea igual de mercenario y esbirro que los que trincaban los sobres.

El gobierno tiene que explicarse o dimitir.

La oposición tiene que exigir la dimisión del gobierno o dimitir ella misma.
 
Y las gentes tenemos que decir basta a este expolio y esta burla sistemáticos.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).