dilluns, 8 de juliol del 2013

La vergüenza nacional.


Como suponía Palinuro, celebrada la Ejecutiva del PP, nadie del gobierno dio la cara para rebatir las acusaciones de Bárcenas. Según estas, el PP parece un partido de chorizos y sus presidentes, el de antes (Aznar) y el de ahora (Rajoy) una pareja de granujas que llevan años trincando dineros públicos procedentes de la corrupción que su partido ha organizado presuntamente y de la que se ha beneficiado como si fuera una mafia. Nadie. Rajoy sigue escondido, escabulléndose por los rincones. Y los habitualmente gárrulos y chocarreros, Floriano o Pons, quedan por ahora en reserva. El momento es dramático. No hay lugar para payasos.

Así que el mando decidió que diera la cara la experta suma en embustes, Cospedal. La habilidad de esta para hilvanar mentiras con rostro de hormigón es célebre y, aunque, a veces, superada por el tamaño de sus embustes, se líe y suelte una sarta de necedades -como lo del simulado diferido- al hablar con el cinismo, la prepotencia y la soberbia de quien se cree impune, suele evitar males mayores. Como que la gente se obstine en saber cuánto lleva trincado en estos años Rajoy, el que no estaba en política por dinero, pero, según Bárcenas, se ha forrado a sobresueldos corruptos. Así que Cospedal ha salido a hacer lo que mejor sabe, tratar de engañar. Notable habilidad por la que, al parecer, llegó a cobrar tres sueldos simultáneos, sin contar los posibles sobresueldos en negro. Por algo la gente, que es redicha, la llama la bien pagá.

La bien pagá ha dicho que las afirmaciones de Bárcenas son mentiras y que las "mentiras no se documentan". Otra mentira, pues las de Rajoy ("cuando yo gobierne, bajará el Paro", "no tocaré la sanidad y las pensiones", etc, etc) están perfectamente documentadas y las de la propia Cospedal no solo documentadas sino, además, ahora refutadas y dejadas por lo que son: trolas, embustes, engaños, mentiras con los que esta señora llena las ondas de España. Sostiene la bien pagá que el PP es un partido transparente, con sus cuentas claras, auditadas públicamente y conformes con la legalidad. Olvidémosnos de la afirmación de que el PP haya hecho un striptease como ningún otro, expresión que suena a pitorreo dicha por una beata gazmoña, portacirios en las procesiones. Incluso es posible que no sepa qué es un striptease. A estos les pones un micrófono delante y, por no callarse, dicen cualquier cosa, como Floriano o Pons.

Vamos a la verdad: el PP lleva meses obstaculizando la acción de la justicia, negándole auxilio y ocultando pruebas. El juez Ruz -quien parece tomarse en serio a Bárcenas- pidió en febrero los papeles de la contabilidad del PP desde 1990. El partido respondió que no tenía obligación más que de entregar la de cinco años; luego que, además, no tenía papel alguno anterior a 2004 y por fin solo entregó la de ese año. Después ha resultado que la había desde 1995 y ahora se sabe que la hay desde 1990. Y no solo eso: un hacker anónimo de WikiLeaks la ha colgado toda en la red ¡desde 1990! El PP mentía; mintió al juez; a la opinión; a todos. Esa es la trasparencia de que habla Cospedal. El mismo juez pidió el libro de visitas dela sede nacional de ese partido -al que muchos consideran una cueva de ladrones- y se le respondió que las destruían todos los meses. O sea, se lo negaron. Más trasparencia, legalidad y auxilio a la justicia que, sin embargo parecen opacidad, ilegalidad y obstrucción de la justicia. Y es lo que es la bien pagá, por tanto, una embustera redomada.

También dice que tiene acciones judiciales personales contra Bárcenas. Sin duda otra mentira; quizá haya alguna demanda civil y erróneamente planteada a propósito para que no prospere. Pero ninguno de estos presuntos mangantes ha interpuesto querella alguna contra Bárcenas por injurias y calumnias. Ni el pretencioso y rimbombante Aznar; ni, por supuesto, Rajoy. Saben que si el juez tira de la exceptio veritatis quedan todos como presuntos chorizos, con fuertes visos de serlo. Es mucho mejor, piensa Rajoy, callarse como un cuco, dejar que pase el tiempo, que otros den la cara y a ver si se consigue salir de esta sin pasar por la cárcel.

Todo pura mentira, puro engaño, puro embuste de pillastres y mangantes. Con la contabilidad íntegra del PP en la red, todo este enorme artificio hecho de cinismo, latrocinio y abuso se ha venido abajo. Rajoy seguirá mudo y sin balbucear (como acostumbra con el resto de la lengua) el nombre de Bárcenas. La bien pagá es muy libre de no creer a Bárcenas ni sus propios papeles contables. Con el mismo derecho yo soy libre de creer a Bárcenas y esos papeles y de concluir que, mientras estos mendas no puedan demostrar fehacientemente lo contrario, su partido es muy parecido a una asociación de malhechores con el fin de delinquir, robando al pueblo español y enriqueciendo a sus dirigentes.

Pero voy más allá. Espero, porque es de justicia, que se revelen también los nombres de los periodistas comprados por el PP para defenderlo en las tertulias, los de los "intelectuales" que cobraban por ejercer de lacayos y esbirros de un poder corrupto. Es nuestro derecho conocer la realidad de esos granujas que salían en la tele y en la radio defendiendo lo que les ordenaban quienes los pagaban... con nuestro dinero.

Porque ese el quid de la cuestión y el que no puede pasarse por alto. Si el PP no fuera un partido político sino una asociación privada típica, si sus criados ideológicos hablaran desde medios estrictamente privados y no públicos, podrían decir todas las mentiras, estupideces y canalladas que quisieran. Pero el PP es un partido político que se financia sobre todo con fondos públicos y muchos de los medios en los que ladran los opinadores a sueldo del PP son públicos. Es decir, estos presuntos chorizos, mangan nuestro dinero, con él se forran personalmente y pagan a los menestrales.

Cualquiera animaría a Rajoy y resto de compinches a dimitir ipso facto. En los demás países europeos esas dimisiones serían firmes hace meses. Palinuro, no. Palinuro anima a Rajoy a seguir en el búnker, luchando por su pellejo político, a Cospedal a continuar mintiendo (y, de paso, pidiendo un aumento de sueldo pues los tiempos son duros), a los demás implicados a seguir llamándose andanas. Sigan así emperrados. La justicia continúa su curso y, cuando quieran darse cuenta, tendrán que cambiar la poltrona por el banquillo.

Se lo han ganado a pulso.

(La imagen es una foto de PP de Madrid, bajo licencia Creative Commons).