El día de hoy, al menos hasta la votación decisiva, promete ser largo y quizá pródigo en anécdotas. Es de esperar que sean simpáticas. Incluso en los momentos de mayor tensión o dramatismo en la vida debe conservarse el sentido del humor. El PSOE ha demostrado ser, como señalaba ayer Iglesias, un partido democrático y, añade Palinuro, bastante bien avenido. Ojalá las próximas horas no desmientan estos juicios.
Ayer habló mucha gente, excepto los candidatos que son a quienes todo el mundo quiere escuchar. Es lo propio de toda elección. En tanto los candidatos no hablen y la votación no se produzca, los demás quedan reducidos a la modesta condición de "teloneros". Su presidente, su secretario general, su secretario de organización, todos teloneros, glosadores, comentaristas.
Rodríguez Zapatero hizo un discurso de despedida y balance no de su gobierno, sino del famoso giro de mayo de 2010. Los asistentes lo ovacionaron al llegar y él sabía que contaba con un auditorio claramente empático, con esa empatía que siempre provoca el que se despide. Ya Palinuro se despidió del Secretario General hace unos días (Carta de Palinuro a Rodríguez zapatero) y no tiene nada que añadir. Zapatero ha concluido pidiendo a su partido que se una como una piña detrás del candidato ganador. Va de suyo. Por cierto, su despedida es TT en Twitter #graciasZP.
Los demás intervinientes se quedarán tras la elección y los medios filtraron sus palabras, sus silencios, hasta sus saludos, en busca de algo de bronca, que siempre se vende bien o de algún signo o clave que permita vaticinar el resultado, que se vende mejor. Pero todo fue correcto y anodino como si, en lugar de elegir un secretario general y probable candidato a la presidencia del gobierno, se tratara de designar al presidente de una comunidad de vecinos. Las emocionadas referencias a la historia del PSOE, su carácter democrático, la bravura de los socialistas, sus ánimos, su capacidad de respuesta, la dimensión heroica en definitiva sonaban a business as usual.
Al margen de ello, entre bambalinas, unos u otros barones revelaban sus preferencias: Tomás Gómez por Chacón, Rodríguez Ibarra por Rubalcaba, etc. Se producían movimientos tácticos de los respectivos equipos, reaccionando al instante frente a los actos del otro, merced al uso y abuso de las redes sociales. Twitter es realmente un sistema de megafonía digital. Y los plumillas más enterados advertían de cómo un tal dirigente no saludaba a tal otro, por más que crecieron juntos en su tierra natal. Todo el mundo tiende a hacer algo cuando se siente partícipe en un acontecimiento que después se considerará histórico, aunque solo sea para la historia del partido. Que aquí es en parte la de España también porque el PSOE es partido de gobierno, una izquierda democrática, no radical, con aspiración razonable a obtener el voto de millones de personas. Así lo ve todo el mundo y por eso este congreso fue TT en Twitter (#38congresopsoe).
Lo esencial es lo que suceda hoy. Doy por descontado que no aparecerá un tercer candidato venido de la estratosfera en petición de avales, aunque todo sea posible en la vida. El orden en que hablen los candidatos lo determinará la suerte, que es el método democrático por excelencia y, a continuación, los delegados votarán. Cuando se sepa el resultado, el PSOE se orientará en un sentido u otro, sin olvidar que los dos tienen mucho en común. Registra Palinuro cierto predominio de expectativas del lado de Chacón. En la encuesta palinuriana va ganando y hay una mayoría de comunicadores que así la ven. Pero la decisión no es claramente previsible porque el voto es secreto y, cuando el voto es secreto y los delegados son delegados y no compromisarios, el resultado puede ser distinto al esperado. El método no es muy bueno porque los delegados han sido elegidos a su vez y, en muchos casos, los habrán sido por apoyar a uno u otra candidata. Lo cual implica, sí, cierto mandato. Desde luego, el delegado que cambie su voto sólo tendrá que responder ante su conciencia y por eso es de esperar que el sistema se cambie y pase a ser de compromisarios o pedir el voto a todos los militantes. Lo de las primarias abiertas pertenece de momento al ámbito de la utopía.