La candidatura de Carme Chacón es ya segura. Ha empezado la renovación del PSOE. No porque se presente ella, sino porque hay dos candidatos y hasta es posible que aparezca alguno más. Hay donde elegir y la libertad de elección es la esencia misma de la democracia. Eso y el juego limpio que es de esperar observen tanto los órganos del partido como los candidatos pues tienen más puntos en común que de discrepancia. Es por la discrepancia por la que se presentan a elección, pero sin olvidar los puntos en común. No son las primeras primarias en el PSOE. Además se lo deben a la militancia y a los votantes que han dado pruebas de notable fidelidad no a un(a) dirigente sino al partido.
Las discrepancias son las que han de debatirse públicamente, las ideas diferentes, los puntos de vista distintos. Estas cuestiones afectan al futuro del partido y del país, a su presente y a su pasado y ninguna que merezca la pena debe soslayarse. La crítica no es deslealtad y todo puede criticarse pues es autocrítica. Nadie se llame a escándalo y no se personalice. Las medidas del último gobierno de Zapatero eran obligadas, bien claramente está viéndose ahora que la Comunidad Autónoma de Valencia está en quiebra con un gobierno del PP de veinte años. Pero hay otras cuestiones debatibles. Unas se hicieron bien; otras, no. Es preciso ver cómo van a mejorarse. Del futuro debe hablarse asimismo. Hay que preparar un programa socialdemócrata para España en Europa.
Y también ha de hablarse del presente, de lo más inmediato, es decir, las propias primarias. Una vez éstas aceptadas en congreso como cuestión de principio, hay que ponerlas en marcha, decidiendo los asuntos concretos. El primero es el del valor de los votos. La propuesta de Palinuro es todos el mismo: un militante o votante, un voto. El argumento en pro de la "ponderación" (es decir, desigualdad) del voto tiene más inconvenientes que ventajas. Lo siguiente es cómo se vota. Lo ideal sería hacerlo por internet, pero no hay garantías de que no se convierta en un pandemónium. Lo más práctico es depositar el tradicional voto en la tradicional urna. A continuación ha de determinarse día y lugar. El día habrá de ser un festivo nacional (o varios laborables seguidos a partir de las siete u ocho de la tarde) y para lugar, los que el PSOE establezca que no podrán ser muchos, lo cual implicará una molestia más para los votantes. Por último dejo a los especialistas del PSOE, que los habrá, la cuestión de cómo establecer el censo y controlarlo, que no es menuda.
Muy posiblemente la cantidad de votantes efectivos será bastante baja. La mayoría de los del PSOE es electorado de partido y aceptará el candidato que elijan los demás. Hasta puede haber votos en blanco de gente que se acercará a votar pero sin pronunciarse por ninguno de l@s aspirantes. Pero la mayoría de los electores votará por uno u otra candidat@. El PSOE comienza bien su renovación pues la comienza democráticamente.