dijous, 17 de novembre del 2011

Los que hacen historia.

En el mitin de ayer en la feria de muestras de Málaga Rubalcaba se apuntó un tanto al comparecer ante sus seguidores acompañado de Rodríguez Zapatero. También estuvieron Griñán y, mediante videoconferencia, Guerra y González. Es decir se trató de una especie de reunión de familia, pero de familia que hunde su mirada en 130 años de historia. Un acto de consumo interno, de afirmación de la identidad socialista a lo largo del tiempo que sin duda ha enardecido a su militancia y, por encima de ella, ha proyectdo ante el país una imagen de continuidad que prácticamente ninguna otra fuerza política puede emular.

Y fue un acierto engastar esa longeva presencia de su partido reivindicando en él una idea de patriotismo español que algunos le niegan cuando insinúan que Zapatero haya estado presto a sacrificar la unidad de España en oscuros contubernios con otros nacionalistas de otras naciones. Lo dijo Rubalcaba con precisión y sin ahorrarse un sopapo a la derecha: En 130 años siempre hemos puesto por delante los intereses del país, no como la derecha.

Patriotismo fue ayer la palabra y Palinuro felicita a la dirección de la campaña de Rubalcaba porque lograr un titular de prensa que diga El PSOE pide el voto para "los auténticos patriotas" es llevar la polémica con la derecha a un terreno que ésta cree suyo en monopolio por mandato divino: el del patriotismo. Palinuro, crecido en el régimen de Franco, con su patriotismo vociferante, tiende a encontrarlo repulsivo pero entiende que, si la gente lo siente y el PSOE lo tiene y lo representa, no hay razón para que abandone su defensa a la derecha. Es obvio que el patriotismo se demuestra haciendo y andando y cuanto más largo sea el camino, mejor. Lo otro suele ser patriotismo de boquilla. El PSOE tiene 130 años; el PP apenas treinta, salvo que quiera verse en existencia con anterioridad, lo que le obliga a situar su nacimiento en el franquismo, cosa que el partido no admite de grado.

Lo mejor del acto fue la comparecencia de Rodríguez Zapatero afirmando que "podemos comparecer con orgullo y dignidad porque siempre nuestro partido ha defendido los intereses de España con profundo patriotismo." Tenía que decirlo y lo dijo. Una buena y digna despedida, sobre todo porque de aquilatar el valor del gesto se encargó Rubalcaba atribuyendo al gobierno lo que es del gobierno: que España no está como Grecia, Irlanda, Portugal e Italia gracias a su gestión, en contra de la crisis y de la labor de zapa que Aznar lleva años haciendo.

Esto del patriotismo es más simbólico de lo que parece. En agosto de 1914 los diputados socialistas alemanes y franceses se reconocieron franceses y alemanes antes que socialistas y votaron los créditos de guerra con los que empezaría la primera matanza mundial. Fue un giro de 180º sobre el internacionalismo que los socialistas predicaban apenas dos años antes. Y fue asimismo la razón de la escisión del movimiento obrero y la izquierda en general entre los "socialpatriotas" y los comunistas, que fundaron la IIIª Internacional en 1919. Es decir, el origen del comunismo está en el momento en que los socialistas se declaran patriotas, como un acto de ruptura en protesta por la traición al ideal internacionalista y por la negativa de los socialdemócratas a convertir la guerra imperialista mundial en una guerra civil internacional del proletariado contra la burguesía mundiales. Noventa años después los socialistas, como se ve, siguen invocando el patriotismo. ¿Y los comunistas? En la medida en que sobreviven, especialmente en IU pero también en otros grupos, invocan un internacionalismo retórico pero tienen una práctica estrictamente nacionalista, o sea, patriótica, aunque con un patriotismo bastante vergonzante. ¿No debiera ser esta convergencia de hecho ua razón para recuperar aquella unidad perdida? Practicamente no quedan ya diferencias teóricas profundas entre la socialdemocracia y el comunismo. Pero no se hará porque, junto a la teoría, se da una práctica política personalista que lo impide. Entre tanto es prudente que el PSOE muestre a la ciudadanía que, además del patriotismo de cuartel y sacristía, hay otro abierto, democrático y progresivo. Y lo ha escenificado muy bien reuniendo tradición y modernidad en un solo acto.

Porque, last but not least, la modernidad se echó en la cuenta de la decisiva participación de las mujeres y los jóvenes en el acto. Sobre todo la de las mujeres que son la prueba práctica de que el gobierno de Zapatero ha hecho mucho, en puntos es de esperar que de no retorno, por la emancipación y el adelanto de la mujeres. Queda mucho más por hacer. Queda que lleguen al cargo máximo de la organización, que haya una mujer secretaria general, pero la perspectiva es buena. La "patria" es un concepto hermafrodita porque una palabra de esencia masculina es de género femenino. La patria la hacen tod@s, mujeres y hombres.

El mitin de Málaga muestra al PSOE bajo una luz en la que no tiene competencia de los otros porque se presenta como un partido centenario, dentro de una corriente que ha sido esencial en la construcción de España y Europa y que ha contribuido a transformar nuestras sociedades de un modo decisivo.

(La imagen es una foto de La Moncloa, vía Wikimedia Commons).