Pudieron escoger a un lider de proyección mundial como Felipe González o a uno rutilante, como Tony Blair, mas prefirieron apostar por la eficiente segunda línea de gente poco conocida pero competente en el desempeño de sus tareas. De eso no cabe duda. Si Vd. quiere encontrar a alguien capaz de mediar en el conflicto más enconado que quepa imaginar, si quiere contratar a alguien que componga una vajilla rota, elija a un primer ministro belga. Un hombre capaz de formar gobierno en Bélgica pude hacerlo todo en esta tierra y, siendo demócrata-cristiano, quizá también en el cielo.
La segunda persona del ticket elegido, Catherine Ashton, Baronesa Ashton de Upholland, es otra gris eminencia gris pero que tiene una cumplida ejecutoria como Comisaria de Comercio de la UE y, aunque carece de experiencia en relaciones internacionales, lleva toda su vida en puestos de grave responsabilidad habiendo sido, entre otras cosas, presidenta de la Cámara de los Lores, el lugar británico más cercano a un nido de víboras, y Lord President of the Council, cuarto cargo en jerarquía en el Reino Unido.
La doble candidatura triunfante para dirigir la UE en los próximos dos años y medio ha sido el precipitado del acuerdo franco-alemán, viejo tándem de la chapuza europea que más de una vez ha sacado el invento de una crisis mientras británicos e italianos se sienten preteridos. La pareja incorpora todos los equilibrios importantes en el mundo de hoy: está compuesta por un hombre y una mujer, un conservador y una socialdemócrata, un confesional y una librepensadora, un oriundo del corazón mismo del proyecto europeo y una nacida en la periferia, cuyo europeísmo, estando fuera de la eurozona y de Schengen, es más que dudoso, un sólido partidario de la profundización y una tibia partidaria de la ampliación.
Y probablemente, a pesar de su tufo a imposición caciquil, sea un decisión acertada. Hay que rodar el Tratado de Lisboa, de cuyas potencialidades nadie está cierto, y configurar el contenido de ambas magistraturas, cosa nada fácil por cuanto su regulación en los Tratados es muy imprecisa y tendrán que acoplarse a una compleja realidad institucional. Por no señalar sino uno de los muchos ejemplos: ¿cómo se armonizará la figura del presidente de la Unión con la de las presidencias semestrales? Habrá que hacer encaje de bolillos, mostrar paciencia y constancia y capacidad para controlar situaciones complejas. En todo eso puede destacar la actividad de Van Rompuy, un hombre que entretiene sus ocios componiendo haikus. Vamos a darles cien días, a ver si nos aprendemos sus nombres.
Los dos únicos perjudicados por esta decisión de la UE son Bélgica, que se queda sin primer ministro es decr, que vuelve por donde solía, y Turquía cuyas posibilidades de acceder al club europeo han pasado de cero a menos diez. Algo quizá no tan disparatado porque si todavía no está claro que la Unión procedió bien en sus dos últimas ampliaciones, meter ahora con calzador a un enorme país asiático y musulmán sería, entiendo, el tiro de gracia de la gloriosa chapuza europea.
(La imagen es una foto de Luc Van Braekel, bajo licencia de Creative Commons).