dimarts, 10 de novembre del 2009

La capital de todo lo posible.

Lo extraño de esta peli es que no se haya rodado antes. Responde al modelo suma de historias con un hilo común, de agregado de narraciones de distintos autores, al estilo de Historias de la radio sólo que aquí, el nexo, en lugar de la radio o el amor o la soledad (que de todo se ha visto) es la ciudad de Nueva York. Dado que mi afición a esa ciudad no conoce límites y que me parece la mejor del mundo, no podré ser muy crítico con la película, dedicada a cantar la excelencias de la "gran manzana" salvo en el hecho de que no lo haga suficientemente.

La suma de historias es un poco mareante porque son muy variadas y están contadas a un ritmo endiablado, el de la vida en Manhattan, por lo demás. Añádase a eso que están intercaladas con imágenes de los lugares más conocidos de la ciudad, tanto a título de escenario de las narraciones como en planos de postal, porque sí, para poder sacar panorámicas de los rascacielos, el Empire State Building o el edificio Chrysler, Grand Central, el puente de Brooklyn, Central Park, etc. En suma, una sucesión, un amontonamiento de imágenes, sonidos, relaciones humanas una amalgama de razas, colores, edades, ocupaciones y aficiones. La idea es contar historias pero que la protagonista absoluta sea la ciudad. Y está conseguido. Me apuesto algo a que ningún aficionado a la que fue "puerta de América" se sentirá decepcionado.

La calidad de las historias es otra historia. Hay algunas muy breves, brillantes e ingeniosas (un tipo tratando de ligar en plan romántico-literario con una puta, una pareja de ancianos parlanchines y discutidores en un paseo por Coney Island, la hija de un farmacéutico que simula ser paralítica en una salida por la noche, la muerte de un pintor sin fortuna en Chinatown, etc) y otras son más complejas; alguna difícil de entender. Pero todas tienen ritmo y tratan de captar lo que si no fuera una cursilería podría llamarse su "niuyorquidad", esto es, llaneza de trato, espontaneidad, proximidad, rapidez, flexibilidad, falta de convencionalismos; todos very cool.

Por supuesto, hay diferencias de trato en los episodios; unos directores tienen más personalidad que otros pero todos parecen haberse ajustado a unas normas comunes probablemente con la finalidad de que el producto sea homogéneo. De los muchos intérpretes sólo he reconocido a algunos, como Andy Garcia, James Caan, Julie Christie y Elli Wallach. Por cierto, los dos últimos están muy viejos. Sobre todo Wallach que, además, interpreta al anciano de Coney Island.