Ya hiede, ya indigna, ya cansa, ya satura, ya clama al cielo la estólida insistencia de los españoles en demostrar que son el pueblo más cruel y odioso del planeta. ¿Qué nos han hecho los animales (fundamentalmente toros, chotos, becerros, etc, pero también perros, gatos, cabras, patos...) para que todo el mundo celebre verlos morir muertes atroces infligidas por las manos de quienes, borrachos de sadismo, fabrican el espectáculo y gozan de él? ¿Por qué en nombre de tradiciones forjadas en épocas oscuras y brutales se celebra en España cada año en verano una hecatombe para solaz de lo más grosero de l cepa nacional?
Quien tenga estómago suficiente, que eche una ojeada al vídeo de más abajo que muestra cómo un grupo de... de lo que sean, mata a un becerro a base de banderillearlo y acuchillarlo mientras la bestia, acorralada y aterrorizada, trata de escapar. Y lo más horrible de todo es pensar que esa inmunda canallada es un espectáculo en el que se deleitan chicos y grandes. La cosa tiene lugar en Algemesí (Valencia) todos los años y forma parte de festejos tradicionales populares que la más tosca sensibiliad humana debería abolir de un plumazo.