dimecres, 22 d’abril del 2009

El sueño de Borges.

Todos los libros, todos los grabados, las imágenes, cuanto esté impreso en papel. Todo en la pantalla, haciendo click... A Baudilio, el ratón de biblioteca, ya le había pasado más de una vez que se le olvidó la hora de cierre y cuando llegaron los empleados por la mañana siguiente, allí lo encontraron, sin moverse de su pupitre absorto en la lectura. En esta otra biblioteca que se mete en casa a través de la pantalla, ya no habrá vigilantes ni horas de cierre de qué preocuparse. Podrá olvidarse del tiempo, del espacio, del mundo en derredor, de la familia, de él mismo, de respirar y cuando alguien entre en su cubil verá que queda menos de Baudilio junto al ratón de lo que quedó del señor Valdemar en su lecho.