La Audiencia Nacional (AN) declara no competente al juez Garzón para investigar los crímenes franquistas. Él ya se había inhibido al efecto. La AN no interferirá en apertura de las fosas. Esas fosas han de abrirse. Todas. Hay que obligar a la tierra, al silencio, al miedo, a devolver los huesos de las víctimas a sus familiares y allegados. Hay que airear los nombres de los asesinos, para que caiga sobre ellos el ludibrio sempiterno. Mientras eso no se haga los españoles seguiremos siendo un pueblo de esclavos cuya dignidad está enterrada con esos huesos de los que Monseñor Rouco y los demás encubridores de la derecha nacional quieren que nos olvidemos, como se han olvidado ellos. Porque estos, al contrario de lo que hace la gente de buen talante, olvidan pero no perdonan.
(La imagen es una foto de El País).