La desvergüenza de los curas.
Dice Monseñor Rouco Varela, que es necesario saber olvidar con el fin de que no se repitan los enfrentamientos fratricidas. Otro que confunde olvido y perdón, a pesar de ser cardenal de la Iglesia "del perdón". La misma Iglesia que, tras haber canonizado a novecientos "mártires" de la última guerra civil -esa que dice Monseñor que ha de olvidarse- se apresta ahora a beatificar a otros quinientos.
¿Cómo llaman Vds. a esta inconsecuencia? Yo la llamo "caradura". O algo peor porque este maquiavélico príncipe de la Iglesia también dice que, si no olvidamos, puede volver a haber violencia. O sea caradura amenazador.
(La imagen es una foto de Mermadon 1967, bajo licencia de Creative Commons).
Las razones de la carcunda.
Lo grande de la sentencia del juzgado vallisoletano ordenando quitar los crucifijos de las paredes de las aulas es que nos enteremos de que todavía estaban ahí. ¡Esta peste impositiva de la Iglesia es lo que es una cruz! De inmediato ha salido la carcundia hispánica -los curas y el PP, que vienen a ser lo mismo- pidiendo que los crucifijos se queden. Como ya no pueden obligar a hacerlo a tiros, tratan de razonarlo. Sus "razones" son éstas:
Según el Cardenal Amigo, la retirada de los crucifijos No favorece la convivencia. Más amenazas. En román paladino: si retiráis los crucifijos habrá hostias.
La señora De Cospedal, secretaria general del PP, afirma que a la mayoría de los españoles "no le molesta que haya crucifijos en las aulas". ¿Por qué lo sabe? ¿Se lo ha preguntado? La organización de padres de alumnos está de acuerdo en retirarlos. A ella le parecerán sagrados pero sólo son símbolos del sufrimiento, la tortura y la muerte. Un espectáculo para los chavales.
(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).
El congreso de los zangolotinos.
El Frente de Juventudes del PP ha contado en su congreso con la presencia del ex-falangista "independiente" señor Aznar, hijo y nieto de franquistas (o sea, de "socialistas", según la señora Aguirre) y con la presidenta de la Comunidad de Madrid. El primero ladró su odio por esquinas y pasillos con su agresivo falsete. Luego, la señora Aguirre desgranó la acostumbrada sarta de insensateces, provocaciones e insultos ante un público entregado que sueña con realizar sus postulados neoliberales. Según muchos analistas estos neoliberales no comprenden que su doctrina es la que ha fracasado en la crisis económica y financiera actual. Grave error, el neoliberalismo de estos zangolotinos y sus caudillos no es el monetarismo y/o el neoconservadurismo sino el neoliberalismo al estilo del difunto Jörg Haider en Austria, o sea una forma poco simpática de neofascismo.
(La imagen es una foto de El Plural, bajo licencia de Creative Commons).