Cada vez está más claro que este Gobierno en general y su presidente en particular están escorados hacia la derecha. Ayer no bastó al señor Rodríguez Zapatero que el señor Rajoy lo felicitara por su posición sobre la inmigración (dijo que el Gobierno había "rectificado") y en especial sobre la llamada "directiva de retorno", también conocida como directiva de la vergüenza, que ha suscitado críticas y rechazos en la izquierda europea y mundial. Tampoco le bastó que los grupos más de izquierda del Congreso, Esquerra Republicana de Catalunya, Izquierda Unida, el Bloque Nacionalista Galego y ¡hasta el partido de doña Rosa Díez! lo criticaran frontalmente y hablaran de un "Guantánamo europeo". Se reafirmó en su apoyo a la directiva de la vergüenza y pasó al ataque, sosteniendo que tales críticas son muestra de una "ignorancia supina elevada a la categoría de lo insólito o de una demagogia insostenible."
No ven (no vemos) los críticos las ventajas que para los inmigrantes ilegales supone la dicha directiva: garantías jurídicas de todo tipo, amparo, protección y un plazo máximo de detención, siendo así que en varios, ocho, países de la Unión Europea no lo había.
Es la repuesta la que muestra una ignorancia supina y un grado de demagogia difícil de superar: como algunos países no tenían plazo máximo de detención, se arbitra uno ¡de año y medio! durante el cual se puede deportar a la gente mediante decisión administrativa. Mediante decisión administrativa (policial) se confina a los inmigrantes en centros de internamiento; es verdad que pueden pedir el amparo de los tribunales, pero el presidente calla que eso será según las disponibilidades de cada país, condición que rige también para la asistencia letrada de los retenidos/deportables. O sea que de garantías, nada. Asimismo la deportación se puede hacer a terceros países siempre que estos acojan a los deportados. También calla el presidente que lo habitual es que esos "acogimientos" se compren. Lo mismo sucede con los menores inmigrantes; también pueden ser deportados a terceros países que, tras cobrar por ello, harán con esos menores lo que les venga en gana. ¿A qué garantías y seguridades se refiere este buen hombre?.
Dice el señor Rodríguez Zapatero que hablar de "Guantánamo europeo" es intolerable demagogia. Seguramente tiene un pico de tal, pero no más que la que hace él en sentido contrario justificando como avance y progreso una norma por la que vota la derecha europea en pleno, incluida la neofascista y a la que se opone la izquierda europea también en pleno, incluidos dos eurodiputados socialistas españoles, señores Borrell y Obiols, obviamente los únicos que han tenido agallas.
Porque, como no quiero dar a entender que, cegado por mi extremismo, ataco injustificadamente al presidente del Gobierno y secretario general del partido por el que he votado, echemos una ojeada a la votación de la directiva del retorno en el plenario del Parlamento Europeo del 18 de junio pasado. La directiva salió adelante por 369 votos a favor, 197 en contra y 106 abstenciones. Aun teniendo en cuenta que hubo muchos votos cruzados (por ejemplo los 16 eurodiputados socialistas españoles que cometieron la canallada de votar a favor ahora vemos que por orden del señor Rodríguez Zapatero, que tanto alaba esta norma xenófoba) es razonable pensar que los 369 "síes" vinieron de los 431 eurodiputados de los grupos del Partido Popular Europeo, la Alianza de Demócratas y Liberales y la Unión de la Europa de las Naciones, un grupo populista de derecha, o sea, la gente bien, contando con los dieciséis "socialistas" españoles. Los 197 "noes" y 106 abstenciones proceden del Partido de los Socialistas Europeos (215 aurodiputados) y de los Verdes, la Nueva Izquierda y los Independientes, o sea, la chusma. Es más, los socialistas europeos que trataron sin éxito de modificar la directiva de la vergüenza en un sentido garantista consideran que ésta atropella los derechos de los inmigrantes y permite que se pueda encerrar en centros de internamiento hasta dieciocho meses a gente cuyo único delito es su deseo de escapar de la miseria y la desesperación, según dice Mme. Martine Roure, la encargada de negociar la directiva de retorno en nombre del Grupo del Partido de los Socialistas Europeos, cosa imposible porque las derechas, apoyadas por los dieciséis eurodiputados españoles de la ignominia, impusieron el texto en un trágala de "lo tomas o lo dejas", ese texto que para el señor Rodríguez Zapatero es tan garantista.
Preguntas: ¿también son supinos ignorantes y demagogos los socialistas europeos? ¿Lo son los verdes? ¿Amnistía internacional que ha publicado un comunicado condenando la directiva? ¿Mercosur, que ha hecho lo propio? ¿Y no será que el ignorante supino y el demagogo es el señor Rodríguez Zapatero que, además, pretende engañar a la gente ocultando el hecho de que los casi doscientos eurodiputados socialistas del PE han votado en contra o se han abstenido?
Este menda ¿cree que la gente es idiota?
(La imagen es una foto de Adobemac, y representa una visita al campo de concentración de Dachau, bajo licencia de Creative Commons)